Además de participar en las jornadas de profesionales portuarias africanas, usted acaba de firmar hoy [por ayer] un convenio con Casa África. ¿Cuáles son los objetivos de este acuerdo institucional?
Es un acuerdo de colaboración que tiene mucha importancia para la Fundación. Yo creo que también para Casa África. Sumamos sinergias. Lo que aporta la Fundación son todos los proyectos que promovemos desde Mujeres por África, para contribuir al desarrollo de estos países a través de la mujer. Casa África está comprometida con el desarrollo. Y hoy, las mujeres africanas son las auténticas protagonistas en ese sentido. Son las que promueven y mantienen el 90% de la economía informal en la región. Producen el 80% de los alimentos y mantienen a más del 40% de las familias. Por lo tanto, el desarrollo, en todo el mundo, pero particularmente en África, pasa por la mujer.
Desde la organización de mujeres profesionales portuarias africanas se apunta que, a pesar del desarrollo económico que están experimentando los países de la zona, el acceso a los puestos donde se abordan las decisiones por parte de la mujer sigue siendo todavía muy lento. ¿Puede colaborar su fundación en la mejora de esta realidad?
Desde la Fundación trabajamos para que las mujeres aumenten su tasa de participación en los ámbitos donde se toman las decisiones. Y estos son el poder político y el poder económico. Las mujeres tienen que estar en los gobiernos, en los consejos de administración de las empresas. Para que toda esa experiencia y ese caudal de conocimientos que llevan consigo se aporte. Porque cuando las mujeres están allí se va a decidir sobre lo importante. Y las mujeres llevamos a la mesa los temas que de verdad afectan a la vida de la gente. Es decir, la educación, la salud, la alimentación. Eso es lo que importa a las personas, y lo que promueve el desarrollo de los países.
¿Qué percepción tiene del contacto que ha podido mantener con las mujeres africanas que desarrollan su carrera en los puertos de la región, que trabajan en un entorno difícil?
En un entorno muy difícil, pero las mujeres africanas tienen una capacidad impresionante, de la que las occidentales tenemos mucho que aprender. Para trabajar y para moverse en los entornos de mayor adversidad. Y además, hacerlo con talento, con inteligencia y con buen humor. Y eso tiene muchísimo mérito, se crean sinergias muy positivas. Las africanas tienen una enorme capacidad para reinventarse cada día, para abordar y solucionar los problemas, y transformar lo negativo en positivo. Eso es fantástico. Tenemos mucho que aprender de ellas. Y sumar nuestras fuerzas a las suyas, para hacer que el avance sea más rápido.
Desde Marruecos, las directivas que ocupan cargos de responsabilidad en la administración portuaria, por ejemplo, comentan que ellas no han tenido problemas en acceder a estos puestos, porque el propio gobierno marroquí establece unas cuotas para la mujer. ¿Cómo valora esta solución?
La valoro muy positivamente. Las cuotas son un instrumento fundamental en el impulso de la participación de las mujeres. Porque vas asegurando que, en tanto cambian las mentalidades, hay que respetar la ley. Y si por ley se establece que tiene que haber en los puestos de decisión unas cuotas, que deben cubrir las mujeres, eso hace que la participación se acelere. No tenemos más que ver lo que pasa por ejemplo en Marruecos con respecto a otros países del entorno, que no tienen ley de cuotas. O lo que pasa, por ejemplo, en Noruega, con respecto a otros países de Europa. En los consejos de administración de las grandes empresas en Europa el 88% de los cargos son hombres, solo hay una minoría que son mujeres. Excepto en Noruega, donde los noruegos han impulsado una ley de cuotas, y hoy, en los consejos de administración, el 42% de los puestos lo ocupan mujeres. ¿Qué pasa entonces? Pues que las empresas van mejor. Que crecen más, que generan más bienestar, que no tienen crisis económicas. Eso tiene mucho que ver con la entrada de las mujeres en los centros de decisión.
Canarias mantiene especiales lazos con los países del oeste africano, por proximidad y relaciones comerciales o institucionales. ¿Cuáles son los planes de la Fundación MxA en la región?.
Tenemos muchos proyectos. En estos momentos, un total de 15 en 15 países africanos diferentes. Para ejecutar en solo un plazo de tres años. En los ámbitos de la educación, del desarrollo económico, el empoderamiento de las mujeres. También hay programas de emprendimiento para las mujeres empresarias, de formación en dirección de hospitales o de formación de educadoras. Esto último es muy importante para que a su vez se pueda crear una cadena de conocimiento. Tenemos una cooperativa de mujeres taxistas... Programas de muy distinta naturaleza, pero todos ellos van dirigidos a mejorar e impulsar la vida y el desarrollo de las mujeres.
Justo eso es lo que pide la asociación de mujeres africanas profesionales portuarias, para poder mejorar las condiciones en su trabajo. A las instituciones les reclaman más formación.
Eso es lo que expongo en mi intervención durante estas jornadas. Efectivamente, en MxA estamos ya trabajando en estudiar todo lo que comporta la cadena empresarial, económica e institucional en un puerto. Son grandes centros, que están creciendo, y que van a crecer más en el futuro, porque gran parte del comercio mundial pasa por ahí. Es lógico.
