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Los testigos del 'caso Churruca' confirman que 'Beto' no estaba ebrio

El acusado de apuñalar a un cliente en un bar en 2014 dijo ese día: "La he cagado y, si no lo maté, lo voy a matar porque ayer me pegó"

Los testigos del 'caso Churruca' confirman que 'Beto' no estaba ebrio

Ninguno de los testigos del asesinato el 27 de abril de 2014 en un bar de la calle Churruca de José Espino Lorenzo a manos del colombiano de 48 años Humberto Antonio Gutiérrez, alias Beto, fue capaz de decir ayer, en el segundo día del juicio, que aquel día el acusado estaba totalmente borracho a pesar de las cervezas que se tomó. La propietaria de la churrería en la que trabajaba señaló que "llegó tarde, sucio y con olor a alcohol"; la dueña del local donde ocurrieron los hechos que estaba "tomado, borracho, borracho, de caerse, no" y, su marido, que "estaba contentillo".

Los policías nacionales que le detuvieron tras las huida en un bar cercano al lugar de los hechos declararon que el acusado tenía síntomas de embriaguez pero que estaba consciente y que entendía lo que se le decía. Humberto les llegó a decir incluso que "la he cagado y, si no lo maté, lo voy a matar porque ayer me pegó". Lo mismo relataron los agentes de Homicidio.

La bofetada a la que aludía el acusado no era otra que la que le pegó el fallecido el día anterior en el bar Santa Bárbara cuando, según relataron los dueños del mismo, Humberto entabló una conversación con un peninsular y éste comenzó a meterse con los inmigrantes sudamericanos que habían llegado a España. José creyó que Humberto molestaba al cliente y "le pegó una cachetada sin explicación. Cuando se le explicó lo que ocurría le pidió perdón, le dijo: devuélveme la cachetada si quieres; se abrazaron y todo quedó bien", relató la dueña. No hubo amenazas de ningún tipo pero al día siguiente, Humberto volvió al local y, sin mediar discusión, cogió a José por el hombro y salieron a la calle, donde le clavó el cuchillo, regalo de una promoción y que cogió en la churrería.

La Fiscal, al igual que el abogado defensor del fallecido, trató durante la mañana de determinar con los testigos el número de copas que había bebido Humberto el día de autos, el tiempo en el que lo hizo y el estado de embriaguez en que se encontraba para confirmar su tesis de que fue consciente de lo que hizo, en contra de la defensa, que se apoyó en su ebriedad para rebajar la pena, que la Fiscalía ha puesto en 17,5 años más el quebrantamiento de pena por malos tratos.

La esposa del acusado, por su parte, apoyó la teoría de la defensa con su testimonio. "El es una persona con muchos valores, bebe alcohol y se transforma totalmente", describió la esposa Verónica. Se da la circunstancia de que el día del asesinato Humberto Gutiérrez tenía una orden de alejamiento de su mujer, colombiana como él, por una denuncia que ella había efectuado contra él en el mes de enero por malos tratos.

El relato de Verónica sobre la vida en común del matrimonio y los problemas de Beto, como así es conocido, con el alcohol fue uno de los momentos más emotivos de la mañana, en la que el jurado popular escuchó el testimonio de 17 personas.

Verónica, que no tenía obligación de declarar, explicó entre sollozos que Humberto era un "buen hombre, detallista, especialmente cariñoso, colaborador en el hogar y considerado conmigo" ya que le daba masajes cuando llegaba a casa cansada de trabajar. Un vida idílica que hizo llorar hasta al propio acusado.

Pero en la dulce vida en pareja había un enemigo. "Únicamente discutíamos por el alcohol. No era mujeriego, siempre, siempre era por el alcohol". Un problema que Humberto no llegó a superar a pesar de haber acudido a terapia.

La mujer dijo que en ocasiones llegaba a casa en estado lamentable de embriaguez y que ella se encerraba en el cuarto y que, a la mañana siguiente, lo encontraba "desnudo" en su propio "orín o vómito". "Era aterrador", confesó la esposa, quien también añadió que, otras veces, había llegado con heridas en el cuerpo, producto de alguna pelea .

La mujer dijo que le puso la denuncia porque "estaba cansada de que la tratara mal, de malas expresiones", aunque aseguró que lo hizo como "escarmiento" para ver si el castigo le hacia recapacitar y no para verlo en la cárcel y ni porque le hubiera puesto la mano encima.

Lo negó incluso cuando la Fiscal, le recordó que en la denuncia que había puesto se aludía a que la "agarró fuertemente por el cuello" y que presentó eritemas, y que tenía otra denuncia por agresión interpuesta por un hermano de la mujer.

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