La Organización Internacional de Aviación Virtual (IVAO) interconecta programas de simulación de vuelo y control aéreo ajustado a las normas internacionales con más de 50.000 miembros y un centro de control virtual por cada torre real del planeta, pero a partir de este jueves, por primera vez en su historia, cuenta con un módulo de control aéreo físico que además estará abierto al público en el Museo Elder de la Ciencia.

La iniciativa se enmarca en la campaña de divulgación puesta en marcha con motivo del 30 aniversario de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), que pretende así acercar al público su trabajo, sus dificultades, su belleza y también su repercusión en la seguridad mundial, aunque también quieren demostrar que "el que quiera lo puede hacer", por lo que se ofrecerán simulaciones reales, aunque para los escolares se han preparado sesiones especiales con charlas y demostraciones a cargo de controladores que se trasladarán dos días a la semana al Museo Elder.

IVAO, con su división española en www.ivao.es, tiene como objetivo ofrecer una experiencia de control y vuelo "tan real como sea posible" que sirve de diversión a los amantes del pilotaje y el control, pero también como entretenimiento e instrucción sobre procedimientos reales de tráfico aéreo utilizadas por aspirantes e incluso por academias de vuelo, así como por nuevos profesionales para afianzar la puesta en práctica de sus conocimientos. Asimismo, algunos aficionados a la simulación que se iniciaron en IVAO sin mayores pretensiones han acabado en el mundo real, pues la dinámica es prácticamente idéntica, y no en vano realiza sus propios exámenes para permitir el acceso a los simuladores y no dudó en autorizar su instalación en Elder dada sus características de divulgación científica.

Su popularidad entre los controladores y pilotos es tal que las compañías aéreas tienen personal destinado a su "división virtual" y en un fin de semana pueden darse cita en las pantallas hasta 17.000 personas operando aviones virtuales desde torres igualmente virtuales, por lo que acoger la primera que toma forma física es una propuesta que la directora del Museo Elder, Rita Hernández, ha calificado de gran oportunidad para acercar el fascinante mundo de los controladores aéreos al público y dar a conocer su importancia para la seguridad mundial en general y en particular de Canarias, totalmente dependiente del transporte aéreo.

Fascinados por el control aéreo

Desde el despegue al aterrizaje, un avión tiene cuatro posiciones claramente diferenciadas y dan lugar a las cuatro especializaciones del control aéreo. La primera posición o puesto de control es el de "rodadura", que controla el avión mientras está en tierra, "la torre de control" propiamente dicha destinada el despegue y aterrizaje, "aproximación", que es la posición que mayor dificultad entraña, destinada a ordenar el embudo formado por aviones que quieren aterrizar o acaban de despegar, y finalmente la de "ruta", que indica al avión el nivel óptimo de vuelo hasta que tenga que volver a iniciar el descenso.

En estas cuatro posiciones se dividen la mayoría de los servicios de control aéreo, aunque aeropuertos pequeños las pueden unir o los mayores en momentos de gran tráfico las pueden incluso desdoblar. En cualquier caso, estas cuatro fases están muy bien delimitadas y ningún controlador interfiere en la otra y para pasar un avión de una posición a otra el controlador va indicando al piloto a qué frecuencia debe cambiar para que lo retoma la siguiente posición.

Todo ello jugando con hasta 40 aviones en una hora, tiempos o distancias de seguridad mínimas, que varían según el caso, 5 kilómetros en aproximación, 8 en horizontal en ruta y con 300 metros en vertical es suficiente, porque por mucho que vuelen, si están en distintos planos, jamás colisionarán.

Normalmente rodadura y torre se encuentran en un edificio (torre de control) y aproximación y ruta en otro (centro de control), aunque lo ideal es que se encuentre todo junto y cuando esto sucede se denomina "torre de control con aproximación", que es lo que ofrece desde este jueves el Museo Elder, muchos aeropuertos tienen menos posiciones, aseguran los controladores, aunque el módulo del Museo Elder, coordinado por Jon Tejedor, contará además con puestos de piloto, e imágenes reales tal que ventanales al aeropuerto, lo que la convierte en una atracción ineludible para los amantes de la aviación profesional.

Al público le gustará saber asimismo que el Centro de Control de Gran Canaria, con 160 controladores, tiene características particulares con respecto a otros, y es que es el que controla una mayor superficie de Europa, y su mayor parte se encuentra sobre el océano, lo que la convierte en el punto ideal para experiencias piloto, como la del primer avión no tripulado. Y no solo eso, es el aeropuerto de aterrizaje alternativo de la NASA, dada la dirección que toman sus despegues y la rotación de la tierra, ante cualquier emergencia, el aterrizaje se produciría en Gran Canaria, por eso sus controladores son alertados de las operaciones de despegue de la lanzadera de Cabo Cañaveral.