La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"¡Mamá, me ha tocado!"

Lo primero que hizo Gema fue llamar a su madre después de oír su nombre por los altavoces

"¡Mamá, me ha tocado!"

Araceli Alonso Rosas tiene 60 años y lleva más de 30 esperando por una vivienda. "Le ha hecho una promesa a la virgencita del Pino para que interceda y le toque la casa. Es diabética y parece un espíritu. Ha tenido tres hijos y seis nietos y vive sola en Schamann con una pensión de 365 euros, que se le va toda en el alquiler. Come y paga la luz y el agua gracias a nosotros", explicaban Rita, Esther y Clara, hija y hermanas de Araceli. No podían más de los nervios. Las dos hijas de Esther, que viven con ella, también entraban en el bombo. "Vivimos los tres matrimonios y los niños en una casa de 72 metros cuadrados. ¿Usted cree que se puede vivir así?", se preguntaba Esther mientras Rita criticaba las escasas viviendas sociales que se hacen. "Y estas casas las tenían que haber dado ya hace tiempo y Vivienda tiene que vigilar porque hay gente en viviendas sociales que no las necesitan", denunciaba Rita.

Mientras estas tres mujeres cruzaban sus dedos llenas de incertidumbre, Gema Rosa del Rosario brincaba de alegría en las gradas y disfrutaba de su día de suerte. "¡Mamá, me ha tocado. Me dieron casa!", informaba loca de alegría a su madre por teléfono. Lo primero que hizo desde que oyó su nombre por los altavoces fue llamarla.

Y así transcurrió el sorteo, en un mar de emociones contrapuestas. Sólo con ver las caras de la gente se sabía si les había tocado o no. A Babacan no hacía falta preguntarle. Es de Senegal, lleva 22 años en Gran Canaria y sus tres hijos son canarios. Su rostro era ayer una inmensa sonrisa de oreja a oreja. El sorteo comenzó con el cupo de personas con discapacidad; después los emigrantes retornados, las víctimas de malos tratos, mayores y finalmente el cupo general. Algunos se quedaron plantados, tras finalizar el sorteo, tratando de encajar que tendrán que esperar, en el mejor de los casos, cuatro años más parar volver a tener la posibilidad de acceder a una vivienda. Muchos criticaron, incluso los afortunados, la fórmula del sorteo. "Es injusta para mucha gente que lleva años esperando y se queda fuera", dijeron.

Compartir el artículo

stats