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El obispo pide a los curas que pasen menos tiempo en internet y ayuden más a los pobres

Cases invita a los sacerdotes en el Martes Santo a configurar "una iglesia en salida"

"También nos alcanza la tristeza de pensar que quizás ocupamos demasiado tiempo en internet o en otros entretenimientos, olvidando o descuidando a los Zaqueos que nos miran desde sus observatorios de curiosidad", señaló ayer el obispo de Canarias, Francisco Cases, al dirigirse a los sacerdotes diocesanos en la misa crismal que se celebra en la catedral de Santa Ana cada Martes Santo.

Cases, ante más de cien sacerdotes de la diócesis y un nutrido grupo de fieles que completaban la nave central de la catedral, realizó una reflexión en la línea del papa Francisco en defensa de "una iglesia en salida" con una invitación a leer "una y mil veces" las audaces palabras de la exhortación "la alegría del Evangelio" y a también "dar la Buena Noticia a los pobres".

"Nunca saldremos de los despachos, los salones y las sacristías hasta que no salgamos en realidad de nosotros mismos", leyó el obispo. "Es en nuestro propio interior donde estamos encerrados". De ahí que el obispo Francisco insistiera, como su homónimo el papa, en que "la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual" y recalcó a los presbíteros que "no basta con asistir a los pobres en sus necesidades materiales".

La celebración, una de las más solemnes y programáticas del año diocesano, se prolongó durante una hora y cuarenta y cinco minutos. Cases, junto al vicario general Hipólito Cabrera y al deán Nicolás Monche, inició su homilía con un recuerdo para el fallecido obispo emérito, Ramón Echarren, que por primera vez no participaba en la ceremonia al lado de su sucesor.

Francisco Cases aprovechó la misa crismal para insistir en el trabajo que realizaron los sacerdotes tras el año de la "Asamblea del clero". "Esta no ha terminado", señaló el obispo. "En Tafira los sacerdotes apostamos por seguir remando en esta nave cargada de riquezas y de pobrezas que necesitan ser reparadas en los varaderos del espíritu". Y alentó a los curas en este tiempo, "cuando la tarea pastoral se hace más difícil y menos gratificante". Junto a los que están ilusionados, indicó Cases, "permanece la tentación y la realidad del cansancio, la amargura y la desesperanza, la falta de entusiasmo y de entrega por la debilidad espiritual".

La misión que tras la bendición de los óleos en el Martes Santo tienen encomendada los sacerdo- tes en sus parroquias es el "deci- dido empeño de trabajar para ser más evangélicos y más evangeli-zadores".

Tras la misa, los sacerdotes compartieron una comida con el obispo en la que Cases encomendó la bendición de la mesa al párroco de San Marcos, Eugenio Rodríguez, convaleciente de leucemia que el jueves viaja a Madrid para un transplante de médula.

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