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Entrevista.

Eduardo Duque: "En La Gomera está la mejor reserva de romancero de todo el territorio de habla hispana"

"Intento hablar sobre los valores religiosos que tiene el tambor de La Gomera y también sobre la carga piadosa que se conserva en el romancero de la isla", comenta el graduado en Historia del Arte

Eduardo Duque, graduado en Historia del Arte, que ofreció una ponencia en San Lorenzo. JUAN CARLOS CASTRO

¿Cómo resumiría su ponencia?

Intento hablar sobre los valores religiosos que tiene el tambor de La Gomera en cuanto a su participación en las procesiones, en las festividades religiosas, y también sobre la carga piadosa que se conserva en el romancero de la isla. Hablo sobre muchos de los romances que se conservan en La Gomera que estudió Maximiano Trapero y que hablan sobre historia sagrada y sirven como devocionario, que hablan sobre la vida sacramental... Pues hablo de todo ese tipo de cosas y sobre cómo se manifiestan dentro del folclore.

¿Y cómo son esas manifestaciones?

Más que nada, de lo que intento hablar es sobre cómo, por ejemplo, a día de hoy, el lugar donde, de forma más genuina, espontánea y esplendorosa, se manifiesta el tambor es, precisamente, en los actos religiosos. Y cómo ese romancero tradicional que se ha mantenido intacto en la isla desde el siglo XVI recoge esas historias a las que me refiero. Son romances de temática muy variada, que pueden hablar tanto de asuntos como infanticidios, incestos y asesinatos, y otros sobre historia sagrada: romances sobre la huida a Egipto, la pasión de Cristo, los milagros de la Virgen, los milagros de San Antonio de Padua...

Estos romances son parte de la historia de la isla, al fin y al cabo. De ahí su importancia, ¿no?

Claro. Si mal no recuerdo, en el año 2001 se celebró en La Gomera un simposio internacional dirigido por Maximiano Trapero sobre el romancero. Ahí acudieron representantes y estudiosos de romanceros de todo el mundo. El resultado de esa ponencia es que la isla de La Gomera conserva, a día de hoy, el mejor legado romancístico de todo el territorio panhispánico. De hecho, hace unos años, Trapero ofreció en La Gomera una conferencia interesantísima que se llamaba El romancero de La Gomera, otro patrimonio de la humanidad, y hablaba que entre Castilla, las Islas Canarias y toda América Latina, no hay un territorio tan pequeño y tan concreto que tenga tanta cantidad y calidad de romances. Y eso, lógicamente, le concede un valor importantísimo que hay que ponderar y conservar. En La Gomera está la mejor reserva de romancero que hay en todo el territorio de habla hispana.

¿A qué se debe?

Precisamente, tal y como destaco en mi ponencia, gracias al baile del tambor, porque el romance es común a todas las regiones. Pero en el resto de regiones, el romance puede convertirse en una historia pasiva; los romances son poemas larguísimos que cuentan historias de todo tipo y que se aprenden de generación en generación. Pero en La Gomera, como el romance es parte activa del folclore, porque lo que se canta con el baile del tambor son romances, ha hecho que se mantenga, porque tiene una utilidad social y afectiva más remarcada.

¿Destaca especialmente alguno de estos romances?

Por ejemplo, el de las dudas de San José; la huida a Egipto; el del trigo y el dinero, que también tiene un sentido religioso muy profundo; el del soldado Ricante; y el de los cinco gozos, que habla sobre los cinco misterios del Rosario. Estos son algunos de los más representativos.

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