La Provincia - Diario de Las Palmas

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Cierre del Muelle Deportivo en fin de semana

"Estamos de acuerdo al 100%"

Los residentes de la dársena se muestran a favor del cierre durante las madrugadas de los fines de semana y festivos

Borja Buruaga y Mariana Da Costa. S. CEBALLOS

En el Muelle Deportivo residen decenas de personas. Algunos de ellos se quejan de que durante los últimos meses el ruido que proviene desde los centros de ocio nocturno ha aumentado y que los botellones están a la orden del día durante los fines de semana. "Estamos de acuerdo al 100%" con la decisión de la Autoridad Portuaria, que ha decidido delimitar los accesos a la dársena durante los fines de semana y festivos, asegura Borja Buruaga, que desde hace seis meses vive en la dársena junto a su novia Mariana Da Costa.

Sobre la cubierta del velero Dutty Free, Buruaga señala que cuando la semana llega a su final, el escándalo aumenta mientras avanza la noche. "Hemos visto peleas, griteríos", apunta este joven, que además agrega que en el tiempo que su embarcación de 10 metros de eslora lleva atracado en la ciudad ha sufrido el robo de una bicicleta. Por todo ello, apoya la medida del Puerto de limitar el acceso al recinto únicamente a aquellas personas que cuenten con una identificación específica, que se le otorgará a los usuarios del puerto, comerciantes y trabajadores que lo soliciten en las dependencias de la Autoridad Portuaria.

Ese aumento de actividad a altas horas de la madrugada lo corrobora Dolores Suárez, que desde hace seis años y medios convive junto a su pareja en el interior del pequeño Catiago. Suárez ve lógico que se cierre el acceso durante las madrugadas en los que la actividad festiva aumenta. "Últimamente hay más juventud, que hacen botellón en la zona y también montan más ruido", afirma. El hecho de que los jóvenes beban en la calle provoca que a primera hora de la mañana algunos tramos de esta dársena para embarcaciones menores amanezca repletos de basuras, denuncia.

El problema surge por el cambio de clientela que ha sufrido la terraza Sotavento Club durante el último año, señala. "Ha funcionado toda la vida", subraya, aunque "ahora dejan entrar a gente más joven", añade, lo que ha motivado los altercados. Sin embargo, precisa que no ha detectado que haya aumentado el número de robos en el recinto portuaria. "No suelen entrar a los pantalanes, porque están cerrados y es muy difícil", recalca. Aunque apunta que durante determinadas temporadas se producen continuos robos de bicicletas del interior de los embarcaderos.

Por su parte, Pedro Cruz, dueño del Florida 2, apostilla que no existen quejas sobre la seguridad. "Llevo aquí treinta y pico años y tenemos más quejas con las maderas" de los pantalanes que con los problemas que pueda ocasionar la falta de vigilancia. "Si se están preocupando de restringir las entradas y salidas de las personas, es como la ley mordaza", compara.

José Luis Langa, que desde hace ocho años acude asiduamente al Restaurante Pier 19 situado en el Muelle Deportivo, declara que "en absoluto" siente que exista inseguridad en esta zona de la capital grancanaria. "Aquí lo bueno que tiene es que no se molesta a nadie", pero "eso de que es inseguro, no es verdad". Y es que el incidente más grave que ha presenciado hasta el momento fue el de un borracho "que entró en los pantalanes y quería robar, pero al final no pasó nada".

A pesar de la medida tomada por la Autoridad Portuaria, todos coinciden en destacar que aunque haya más ruido el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria continúa siendo un espacio donde aún se puede vivir tranquilo con el sonido del mar de fondo.

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