La Provincia - Diario de Las Palmas

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Agosto en la capital

"Ver a una señora de mi edad en bañador era impensable en mi época"

"Le dije a mi marido que si nos veníamos a Las Palmas yo sólo me quería quedar en Las Canteras", rememora la editora y viuda de Manuel Padorno, Josefina Betancor

Josefina Betancor asomada a la playa a la altura de Punta Brava, frente a su casa. J. C. CASTRO

La ubicación de su casa es definitivamente privilegiada, ¿qué puede decir?

Los hermanos Martínez Escobar construyeron esta casa en 1850 y estaba solitaria, era la única de la zona. Por aquel entonces desde La Isleta hasta el muelle no había nada, de hecho la avenida se construyó en 1954, al menos esta zona de aquí. Durante las obras se levantaron las losas del suelo de esta casa y lo que había era arena.

¿Durante su infancia visitaba mucho Las Canteras?

Aquí no había nada, veníamos a la playa como una cosa especial. Cuando yo estudiaba bachillerato amigas mías venían a veranear a Las Canteras, lo suyo era vivir en Las Palmas y venir en verano. En el colegio de las Teresianas nosotros terminábamos a las cinco de la tarde y había un rato de recreo, después empezaba el estudio que duraba hasta las siete o las siete y media, una de la niñas tenía un permiso especial con el que salía a las cinco y venia a estudiar a la playa. A mi se me ponían los dientes largos.

¿Qué recuerdos tiene de esos días de playa?

Mis recuerdo antiguos de las canteras es venir con todo mis primos y tíos. Éramos una familia enorme, veníamos no se exactamente a qué zona pero debía de ser por aquí, porque había mucha piedra. Sería el año cuarenta o cuarenta y algo, recuerdo venir con todos mis hermanos había un corredor largo y nos subían en un banco en fila a todos los hermanos y nos ponían el bañador. Dejaban la ropa allí y los zapatos debajo con todo bien colocado. Ese creo que fue mi primer contacto.

¿Y su marido?

Él vivió en la calle Albareda desde los 10 o 12 años. Un poco antes del mercado del puerto hasta que nos casamos vivió allí. En esa zona ¿qué había para jugar? Ir a la playa. El mundo donde se podía estar en ese momentos y a esa edad era la playa. Es entenderla desde dentro, son sentimientos acumulados de días de sol, de nubes y nieblas, de mareas altas... Son montones de sensaciones que se adquieren cuando eres niño y que las tienes dentro, puedes olvidarlas pero siguen adentro.

¿Fueron esos años de sensaciones inspiración para Manuel Padorno el poeta?

Yo no escribo pero él sí, el vivió en la calle Albareda desde los 10 o 12 años por eso su mundo era la playa. De alguna manera el mar siempre ha estado presente aunque de una manera distinta, él se centraba en las sensaciones y transposiciones, es decir no solamente el mar como un montón de agua, es que el mar es un campo de cebada o el mar es un sitio donde hay bosques donde hay animales... Por ejemplo aquí cerca hay un par de peñas en la orilla y en un poema hace referencia a las peñas como vacas oceánicas. Las piedras pueden ser vacas que mugen, es le ruido que hacen las olas al chocar. Estas transposiciones y la manera de ver esta continuamente en los poemas de Manolo.

¿Qué tiene la playa de Las Canteras para atrapar a dos personas que han viajado tanto y han visto tanto mundo?

Para mí es una inspiración vital, el sentimiento del mar es algo importantísimo, nosotros nos vinimos de Madrid tras mas de tres décadas en el año ochenta y algo. A veces teníamos la sensación de que escuchábamos el mar a tres calles aunque sabíamos que no era posible. Yo le dije que si nos veníamos a Las Palmas yo me quería quedar en Las Canteras porque es un sito de primer orden como playa, como sitio físico, como naturaleza... Yo no me quedo en la parte de Vegueta aunque me regalen una casa de esas antiguas, aquí se vive de otra manera, la playa te da una cierta libertad, el otro da vi a una señora de mi edad en bañador y eso en mi época era impensable, l te da un sentido de libertad social.

¿Y esta casa en concreto?

Que es muy bonita. De hecho la han visto arquitectos bastante importantes y se han quedado locos. La casa tiene una estructura preciosa, muy elemental pero con un patio abierto y con escaleras atravesadas. Nos congraciamos con el sitio. Además el nombre del sitio, Punta Brava estaba un poco olvidado pero a base de hablar y escribir en el periódico Manuel lo redescubrió y le dio identidad.

¿Que cree que ha cambiado más en Las Canteras?

Creo que la cuestión de Las Canteras no se puede hablar de manera aislada. La idea general de las playas era como muy peligrosa, entre los naufragios, las historias bíblicas, la subida de mareas y eso, la gente no se metía en el agua ni por casualidad, sólo los marineros. La idea del sol y del ocio es una idea nueva, pero no solo aquí sino en sentido general. Quitarse la ropa también es una nueva moda, las mujeres no podían llevar bañador. Ver una playa llena de gente es del siglo XX.

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