El botellón, esa actividad que practican algunos jóvenes cada fin de semana y que consiste en consumir alcohol en la vía pública, se ha convertido ya en una costumbre. "Erradicarlo es imposible", recalca un agente de la Policía Local, "pero controlarlo sí, y ahora mismo en la ciudad está controlado", agrega. Y es que los agentes ponen cada fin de semana una media de 40 multas cada noche por este fenómeno en cuatro zonas de la ciudad: Vegueta, Parque Romano, Plaza de Canarias - Intercambiador de Santa Catalina y Plaza de la Música. Aunque el principal foco detectado durante los últimos meses se encuentra en el Muelle Deportivo, donde los disturbios han motivado que la Autoridad Portuaria decidiera cerrar a partir del 1 de septiembre los accesos a la dársena durante las madrugadas de los sábados, domingos y festivos.
El operativo que realizan los componentes del Grupo Operativo de Intervención y Apoyo (GOIA) de la guardia urbana comienza el jueves, día en que los agentes centralizan la vigilancia en la zona de copas del casco histórico por la celebración de la ruta del pincho. Según fuentes policiales, esta es la jornada más tranquila, aunque la actividad se multiplica durante los dos días siguientes. Es entonces cuando la unidad destinada a evitar este tipo de comportamiento vigila otros lugares de la capital, como el parque Romano, que se ha convertido en uno de los puntos más conflictivos, como recalcan las fuentes municipales.
Problemas en Ciudad Jardín
La práctica de esta actividad en este espacio suele estar relacionada con la celebración de fiestas universitarias o de otro tipo, en las que los jóvenes, de entre 18 y 28 años, aprovechan las horas previas para consumir alcohol en la calle, según las mismas fuentes. Para evitarlo, la Policía Local intensifica su presencia. Ello provoca que migren a otros lugares cercanos y a su vez originen problemas en los barrios cercanos. "Cuando disuelven los botellones en el parque Romano se producen más quejas por parte de los vecinos de Ciudad Jardín, porque después se trasladan a las calles de la zona residencial", apunta una de las fuentes consultadas.
Este éxodo también se produce hacia el Muelle Deportivo, según explican fuentes de la Policía Portuaria, que aseguran que el aumento de la vigilancia en el parque Romano ha generado que las personas se muevan a las instalaciones portuarias para hacer botellón. Ello ha conllevado un agravamiento de la inseguridad. La situación ha empeorado de tal manera que la plantilla de guardamuelles no puede garantizar la seguridad de la zona, por lo que la dirección del Puerto de La Luz ha decidido clausurar a partir de septiembre el acceso rodado y peatonal por la entrada situada en el túnel que salva la Avenida Marítima entre las 00.00 y las 06.00 horas de los viernes, sábado, domingos y festivos.
En el resto de espacios donde se ha detectado la presencia del botellón la realidad es otra, como precisa una fuente de la Policía Local. "Intentamos concentrarlos en la Plaza de Canarias, situada sobre el Intercambiador de Santa Catalina, porque allí no producen molestias a los vecinos y además el Ayuntamiento ha puesto un contenedor para que depositen los desechos", subraya. Y agrega que en la Plaza de la Música las denuncias están relacionadas, sobre todo, a la venta ambulante de bebidas a requerimiento de los comerciantes y en menor medida por el consumo de alcohol en la calle.
A pesar de que se haya detectado una mayor inseguridad durante las madrugadas en el Muelle Deportivo causada por el incremento del botellón, tanto los policías como la Corporación municipal recalcan que en el resto de la ciudad esta actividad no es un problema grave. "No existe una alarma social porque durante años hemos conseguido que la situación no se desmadre", comenta un agente.
