La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista.

Ángel Borges Ramírez: "Cubanos y canarios, pese a la distancia, somos idénticos en todos los sentidos"

"En EE UU existe un sentimiento de rechazo a todo lo que tiene que ver con el gobierno cubano", afirma el dueño de La esquinita latina

Ángel Borges luce las banderas de Estados Unidos y Cuba en su local. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Cuántos años lleva en Gran Canaria?

En enero cumplí 23 años. Y el negocio cumplió en mayo 17 años. Creo que es el negocio cubano más legendario que hay en Las Palmas de Gran Canaria.

El que más tiempo lleva, ¿no?

Sí, el más legendario. Hubo otros restaurantes emblemáticos que tuvieron mucha importancia, pero están cerrados ya.

En todos estos años, ¿han pasado personajes importantes?

Aquí han estado Compay Segundo, Cheo Feliciano, Alexis Valdés, Cándido Fabré, Desce-mer Bueno... Todos ellos han comido aquí.

¿Tiene familiares en Cuba?

Sí. Tengo a mi madre, a mis tíos y algún que otro primo y sobrino.

¿Por qué decidió emigrar a Canarias?

Yo era funcionario del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y atendía a España y Portugal desde el punto de vista de la solidaridad. Y trabajaba mu-cho con los canarios y con la gente del País Vasco también, y vine como invitado en calidad de diplomático, a dar charlas, a sensibilizar la solidaridad canaria más hacia Cuba. Fue en el año 1992 o 1993, cuando estaba la situación en Cuba muy caótica y Canarias nos ayudó muchísimo. Pues cuando vine para acá, me enamoré y me quedé, y ahora estoy casado y con hijos.

Y decidió abrir el negocio.

Estuve trabajando en Fuerteventura un tiempo y luego vine a Gran Canaria. Cuando se presentó la oportunidad, con la ayuda de varios compañeros monté el negocio y de momento nos va bien.

¿Cómo valora la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba?

Las estamos llevando muy optimistamente. Pensamos que sea para bien, pero en la mente de los que conocemos cómo son las relaciones bilaterales subyace la incógnita de si será para siempre o si con un cambio de gobierno se pueden interrumpir este tipo de avances. Pero de momento estamos muy animados.

¿Y su familia en Cuba?

La gente allí lo ve positivamente. Ojalá y continúen, por el bien de todos.

¿Qué beneficios tiene esto para usted a nivel personal y profesional?

Cositas tan simples como Internet, que está funcionando en La Habana. Las comunicacio- nes son más fluidas y se han abaratado mucho más. Supongo que se abaratan mucho más las co- sas que uno allí en Cuba les compra a sus familiares, que de momento son carísimas, porque Cuba tiene que comprar cosas en otros lugares que no son Estados Unidos y eso encarece más el transporte. Desde ese punto de vista, que es el que más nos choca, estamos esperanzados. Se respira otra atmósfera al estar la gente más animada, e incluso la gente viene con más asiduidad a hablar de Cuba. Esas cosas que para ustedes son tan normales como Internet, ya eso por lo menos lo tenemos.

No es la primera vez que saca las banderas a la calle.

Las sacamos el 17 de diciembre, cuando se restablecieron las relaciones, las sacamos cuando se izó en la embajada cubana en Estados Unidos... La ponemos con frecuencia. El 4 de julio también la pusimos, y cada vez que hay una festividad, como el 26 de julio. Hay mucha gente que es reticente respecto a la presencia de marines americanos en La Habana; esa visión es algo anacrónica, la gente piensa que si les va a dar de nuevo por colonizarles. Hay que quitarse ese monstruo que se ha sembrado; hay que guardar las espadas y olvidarse del rencor. Yo estoy muy animado con esto y creo que va a ser para bien.

¿Cómo vivió la visita del secretario de estado estadounidense a Cuba?

Tiene una importancia capital. Uno de los cambios más importantes del Gobierno americano presente en La Habana y en plan informal visitando distintos puntos de la ciudad... Nos hace un poco más cómplices, gracias también a este ambiente de coexistencia pacífica que ahora existe.

¿Y las relaciones de Cuba con España cómo las ve?

Han sido muy fluctuantes, en dependencia del gobierno que haya. De momento, yo creo que la Unión Europea ha dado más pasos para acercarse a Cuba que el Gobierno de España. Pero también creo que es hora de que todo el mundo guarde sus armas y se aproximen a dialogar más estrechamente. Nosotros tenemos mucha más identidad con España que con Estados Unidos, a pesar de la cercanía. Somos vecinos distantes, pero parece que esa distancia se va reduciendo, sobre todo con Canarias, gracias a la confluencia sanguínea y familiar; eso no lo vas a encontrar en ningún lugar de Estados Unidos. Ni siquiera en Miami, ya que los cubanos de allí son diferentes a los que hay aquí, totalmente. Y lo digo con conocimiento de causa, porque, antes de trabajar con España y Portugal en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, estuve casi cinco años estudiando y trabajando con la comunidad cubana en el exterior. Estudiando los fenómenos migratorios de Cuba y cómo en Estados Unidos existe un sentimiento de rechazo a todo lo que tiene que ver con el gobierno de Castro. De hecho, mientras los demás festejaban esta noticia de que se retoman las relaciones, en Miami los cubanos no.

¿Opina que los cubanos y los canarios somos tan parecidos como suele decirse?

Yo he estado en muchos países de Latinoamérica y en muchas ciudades españolas, y he estado viviendo en México y Miami. La persona que más se parece al cubano, en el exterior, es el canario. A pesar de la cantidad de kilómetros que nos separan. Somos idénticos en todos los sentidos, y si te vas al campo se parecen más todavía.

¿No echa de menos Cuba?

En un principio sí. Extrañaba muchísimo a mis padres y a mi familia. Estuve 20 años y cinco meses sin ir a Cuba, porque supuestamente yo traicioné al gobierno al venir en misión oficial y enamorarme y quedarme. Las relaciones que yo tenía era profesionales y no sentimentales, por eso fui castigado con más de 20 años sin poder volver a Cuba. Cuando volví, hace dos años, estuve 25 días y me sentí un poco extraño; extrañaba Canarias.

El parecido que comenta que tenemos habrá hecho que la adaptación aquí fuese más sencilla para usted, hasta el punto de preferir estar aquí, ¿no?

Exactamente. A mis padres, incluso, que han estado aquí, les encantó esto.

¿Qué opinión le merece la situación política actual de Cuba?

Yo creo que Raúl Castro está dando ya algunos pasos, muy lentamente, pero que van encaminados a una apertura. Espero que no suceda lo mismo que cuando Jimmy Carter estuvo en La Habana, que el gobierno permitió que se reuniera en el aula magna con la oposición y se liberaron algunos presos políticos como gesto; pero luego, a la semana, casi todos estaban otra vez presos y la oposición otra vez neutralizada. Yo espero que esta vez se respete y que de verdad sigan dando pasos hacia adelante.

Que aprendan de los errores del pasado, ¿no?

Efectivamente. El paso que dio Obama, liberando a los presos que eran supuestos espías, fue importante. Yo creo incluso que la actitud de Obama, que fue quien empezó todo esto, es más valiente que la de Raúl. Pero vamos a confiar y vamos a darles un voto de confianza. Esperemos que esta vez no se retroceda.

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