El barrio de Schamann es uno de los lugares privilegiados de la ciudad para contemplar la parte baja de Las Palmas de Gran Canaria y la evolución que ésta ha experimentado a lo largo de su historia, así como el desarrollo del Puerto de La Luz. Y todo ello gracias a los miradores de este popular enclave, que reivindica la figura del novelista Benito Pérez Galdós para dinamizarlo. El existente en la calle Rafael Mesa y López, conocido como parque Frío, a la altura de los números 35 y 37, vuelve a generar la polémica entre los vecinos, que reivindican la retirada de las vallas que impiden disfrutar de la panorámica. Los residentes de la calle de abajo -Pancho Guerra- sobre los que se asienta esta terraza, han reemplazado el mallado por uno nuevo.
La solicitud la hace la Asociación Ateneo Ciudad Galdós, que lleva ya varios años impulsando no solo la figura del escritor grancanario que mejor retrató a la sociedad española de finales del siglo XIX, sino también el que estos balcones del barrio sean aprovechados como espacios de esparcimiento para los vecinos y para los turistas, con chiringuitos incluidos, para contemplar la ciudad recorriendo estos enclaves del distrito de Ciudad Alta y que puedan, a su vez, generar empleo y dinamizar Schamann.
La asociación, presidida por Juan Alonso, ya evitó la instalación en este lugar de un pipicán en la anterior legislatura e incluso presentó una propuesta de diseño para este mirador, que lleva el nombre de Benito Pérez Galdós, uniéndose así este punto del barrio al callejero municipal de la zona, en el que ya hay un buen número de ejemplos sobre obras y personajes del novelista.
Pero la propuesta se estancó con el anterior equipo munici- pal, que vio positiva la propuesta que realizaba el Ateneo Ciudad Galdós e incluso hizo alguna ru- ta histórica para que los ciudadanos conocieran los miradores que tiene Las Palmas de Gran Canaria en todo el distrito de Ciudad Alta y, por ende, el desarrollo de la ciudad durante los primeros meses de este año. Pero el gobierno de los populares solo llegó a poner el nombre al mirador y a trasla- dar el pipicán unos metros más abajo de la terraza para apaciguar a los residentes.
La chispa la han encendido ahora con algunos de los vecinos de Pancho Guerra. En concreto sobre los que residen en las viviendas donde asienta el mira-dor. Estos vecinos han cambia- do las viejas vallas herrumbrosas que ya existían por otras nuevas alegando motivos de seguridad para sus casas y han adecenta- do, además, el pequeño muro sobre el que éstas se levantan.
El presidente del Ateneo Ciudad Galdós explica que las vallas llevan años instaladas sin permiso y hay que quitarlas "porque tienen más metros de lo permitido" según una normativa municipal. "¿Qué visión panorámica tenemos entonces del lugar si hay una valla delante?", se pregunta Alonso, que pide que se retire porque se han levantado sobre suelo municipal, "que pertenece a todos los vecinos".
Compromiso
El nuevo gobierno municipal se ha comprometido a sacar ade-lante el proyecto de este mirador que, actualmente es un terreno de tierra, sin vegetación y sin lugares donde poder sentarse y contemplar el espectáculo que ofre-ce el entramado urbano desde casi Vegueta hasta La Isleta. Así lo indicó el alcalde, Augusto Hidalgo, durante una visita al barrio el pasado mes de abril antes de las elecciones.
Tras las urnas, la nueva corporación se ha reunido con las principales asociaciones de vecinos de la zona pero sin concretar, de momento, nada al respecto.
La presidenta de la Asociación Chambenito, Aurora Pérez, señaló que en la reunión que tuvieron hace una semana con el concejal del distrito, Mario Regidor, fue una primera toma de contacto. "Trasladamos a la Corporación algunos de los problemas que ya hemos planteado en otras ocasiones como es la limpieza del barrio pero no se nos presentó ningún proyecto nuevo para el barrio".
