La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista.

Pilar Álvarez: "Pasamos de dar alternativas desde fuera a estar dentro en la gestión; eso da vértigo"

"El sistema de residuos está planteado como si la Isla y los vertederos pudieran extirarse, pero no es así", afirma la concejala de Limpieza y Sostenibilidad

La concejala Pilar Álvarez, delante de unos contenedores en el Centro de Limpieza Municipal de Las Torres. SABRINA CEBALLOS

¿Qué balance hace de estos casi dos meses ya de trabajo?

El balance es bastante interesante en esta primera fase de diagnóstico de la concejalía. Estamos viendo que hay bastante potencialidad porque en nuestra ciudad no se había trabajado en la sostenibilidad en casi ningún aspecto, salvo en temas puntuales y sin una conexión con el proceso socioambiental, económico y de creación de empleo, de ahorro de recursos, de eficiencia energética o de gestión de los recursos.

¿Le dio vértigo cuando fue elegida concejala de esta ciudad?

¡La novena ciudad del país! Hay personas que estamos en el activismo hace mucho tiempo pero si nos plantean hace tres que íbamos a ser concejal de la novena ciudad, o en Madrid, o en Valencia, no lo hubiésemos creído. Hemos pasado de proporcionar alternativas desde fuera a estar dentro de la gestión y estamos encontrando muchas cosas que ya sospechábamos. La realidad, sin embargo, supera a lo que habíamos trabajado fuera. Eso es lo que causa vértigo, aunque éste es favorable porque por todos lados hay colaboración. También con el Cabildo y con otros ayuntamientos. Ahora sí que da vértigo porque es el momento para que se pueden llevar a cabo las alternativas. Evidentemente, hay dificultades porque esta administración es mucho de "vale, esto siempre se ha hecho así". Y hay bloqueos, rémoras a la innovación, a modernizar servicios, formas de contratación, a nuevos proyectos. Existe esa lentitud del engranaje y, en el área en el que yo puedo hablar, además, la sostenibilidad no se había potenciado. Los empleados no estaban estimulados para cambiar de dinámicas.

Había apatía...

No. Los trabajadores del servicio de limpieza estaban y están trabajando con efectividad y muestran ganas de colaborar, pero no había estímulos. Por ejemplo, las revistas especializadas en gestión de residuos no salían del despacho del gerente. Ahora pasarán a un punto de libre disposición para que quien quiera pueda leerlas. En la ciudad hay un retraso en la gestión de residuos de más de diez años y lo mismo pasa en medio ambiente, hay un par de redes a nivel nacional e internacional de las que nos hemos descolgado -Red de hogares verdes y el Conama (Congreso nacional de medio ambiente)-.

¿No se estaba al día en materia medioambiental?

Se estaba al día por la voluntad de los trabajadores pero no había el estímulo político de poner en marcha proyectos europeos, líneas de trabajo o interesarse por modelos nuevos de gestión medioambiental. En octubre, en colaboración con Ben-Magec, vamos a tener unas jornadas sobre gestión de huertos urbanos, donde van a venir dos expertos a nivel nacional, que nos explicarán otros modelos en otras ciudades. Vamos a ver lo que nos gusta y lo que es aplicable aquí, a trabajar con los usuarios, técnicos y personas que quieran. Veremos cómo adjudicar las parcelas, que normas de convivencia tiene que haber, qué pasa después de tener la parcela dos años. Me he encontrado que el servicio de Agricultura y Ganadería está sin funcionarios porque se desmanteló. ¿Qué pasa con toda esa gente que se formó para gestionar un huerto urbano y después de dos años se tiene que ir fuera de la ciudad si quiere seguir teniendo uno? ¿Por qué no podemos tener en la ciudad un cinturón verde productivo? Los huertos parecen solo una cosa para el ocio, pero están dando de comer a mucha gente y aportándole redes de apoyo. Hay servicios sociales que trabajan en ellos. ¿Y qué conexión hay con el empleo? Cuando esta ciudad tiene una capacidad para crear empleo verde con la agricultura y la ganadería y de fomentar Economía de Kilómetro Cero. Todo esto se planteará en esas jornadas. ¿Conoce el huerto del barrio de San Juan?

No.

Pues ahí ni hay accesos para personas con movilidad reducida, ni infraestructuras, ni sombra, ni nada. Estamos pendientes de conocer que dotaciones se necesitan para ponerlo en marcha.

O sea que se van a incrementar los huertos urbanos.

Queremos ver qué protocolo hay que seguir para buscar nuevos terrenos en algunos barrios. No solo que sean municipales con calidad de suelo; que sería lo ideal, sino también terrenos de propiedad privada con cuyos propietarios haremos convenios. También potenciar y facilitar todo lo que es la autogestión. Si en los barrios hay un grupo de gente que quiere cultivar pues darle los medios para que pueda hacerlo. Es fundamental que en los huertos también se haga educación ambiental y trabajo social, no solo ir y cultivar el tomate.

¿Ese modelo de trabajo existente en la administración lo vio reflejado cuando intentó entrar en el vertedero de Salto del Negro en la ruta que hizo con los camiones de basura en sus primeros días de mandato y le prohibieron la entrada?

Fue un choque; no lo hice malintencionadamente, sino que seguía la ruta de los camiones y quise conocer todo el proceso. Era fruto de la poca transparencia de la administración. ¿Ve esos contratos que están ahí en el mueble? Son los contratos que tiene la concejalía con las empresas que nos gestionan los servicios. Estaban como en una caja fuerte, en uno de los despachos de aquí, cuando llegamos.

¿Ha descubierto algo?

Estoy leyéndolos y estoy descubriendo muchas cosas que podríamos mejorar como poner en los contenedores selectivos amarillos serigrafías para ver qué envases hay que depositar, que hay que plegar los envases. Porque hay un problema muy grande al tirar 20.000 garrafas vacías, que te llevas aire.

¿Pero ha encontrado alguna irregularidad económica?

No, no. Las certificaciones están controladas. Lo que quiero decir es que esos contratos en un cuarto es un símbolo de la opacidad que había. Tienen que ser accesibles como ocurre en otros ayuntamientos, en los que se detallan los efectivos humanos, técnicos, horarios de recogidas, para que cualquier persona llame y diga que ayer tenían que pasar los servicios de limpieza y no lo hicieron. La gestión de residuos quiero que se convierta en un órgano participado. Tenemos que darle una forma jurídica nueva porque ahora es un órgano autónomo, aunque con la nueva ley eso va a cambiar. Que tenga capacidad económica, que este inmerso en las nuevas tecnologías y que sea participativo, tanto por la ciudadanía como los agentes socioeconómicos porque nosotros atendemos mercados, hospitales, colegios, parques y jardines, playas. También vamos a hacer lo mismo en educación medioambiental, para que podamos hacer actividades entre varias concejalías. El Aula de Mar, por ejemplo, que se abandonó, que puede ser un recurso turístico y de formación para los ciudadanos.

¿Cuándo veremos un parque en el vertedero de Salto del Negro?

[Ríe]. ¡Ahh, el ecoparque! Cuando termine la obra la empresa. El cierre no sé para cuándo lo tiene previsto el Cabildo, porque depende de ellos.

Me refiero a si la buena sintonía entre ambas administraciones no va a acelerar ese proceso.

Eso depende de la empresa que está gestionando el ecoparque. Nos hemos reunido con Juan Manuel Brito -consejero de Medio Ambiente- para ver en qué se puede mejorar la gestión de residuos del municipio y de otros ayuntamientos; también la de la materia orgánica, para aprovechar los recursos. Ver si se pueden mancomunar servicios, recoger algunos materiales como los textiles que son rentables.

Tiene despacho en Las Torres, en una nave municipal de Limpieza, en vez de en las Oficinas Municipales. ¿Fue una decisión propia, de querer estar al pie del cañón, con los trabajadores?

Es una cuestión de ubicación física. Aquí estaré tres días a la semana, el resto en el Pambasso y los jueves, como hay junta de gobierno, en las Oficinas Municipales. Este sitio es práctico porque es donde está el volumen de trabajo de la gestión, que es en lo que me he centrado estos días. En cuanto haya una gerencia, cuya oferta pública estará en mes y medio, ya podré moverme más. Hasta ahora me he sumergido en la gestión diaria. Una tarea bastante ardua, pero te das cuenta de lo que supone la gestión de 40 millones de euros al año, una población de 385.000 habitantes y una media de kilo y medio de residuos que vertemos cada uno y que, hasta ahora, no se había trabajado en la reducción, reciclaje, reutilización y reparación de algunos desechos. Parece que solo hay que limpiar. Como en la noche de San Juan, que solo interesaba los kilos de basura que se habían recogido cuando el mejor dato sería el que no se generaron tantos residuos. Estamos en una isla y es difícil generar una economía circular, con un modelo de producción producto-consumo-desecho, pero el sistema esta planteado como si la Isla pudiera estirarse [ríe], o los vertederos. O si la basura pudiera quemarse sin ningún problema en la línea del Plan general de residuos de incinerar mil toneladas al día. Eso hay que transformarlo. Para eso, el órgano de gestión de residuos será participativo. Vamos a tener que cumplir unos objetivos numéricos, de innovación, de tecnología, que nos pongan a la altura de las ciudades europeas, españolas, donde mejor se gestiona esto. Y, a partir de ahí, se hará un nuevo plan de personal, se reorganizará el servicio; hay muchas vacantes. Hay proyectos contratados que hay que enfocarlos de otro modo. Por ejemplo, se limpian graffitis o se quita una basura de una ladera, pero queremos saber por qué se producen ahí y no en otro sitio.

¿En este primer análisis, ha detectado que Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad sucia?

No, lo que hay son puntos concretos. Tenemos hábitos como, por ejemplo, los escombros de las casas que se dejan en los contenedores de la basura. Y eso no es lo correcto. Lo correcto sería establecer puntos limpios y rotatorios.

¿En algún barrio concreto hay que incidir más?

No. En general, hay falta de sensibilidad y educación ambiental. Pero no solo de la ciudadanía, sino también de los comercios, distribuidores, envasadores, políticos. Hay que concienciar y sensibilizar más porque los residuos son un problema muy importante pero que puede ser generador de empleo y de riqueza y desarrollo de la ciudad. No hay ningún barrio, en concreto, porque desde todos me envían sugerencias todos los días.

¿Va a haber más multas?

No. El trabajo de inspección no debe basarse solo en la sanción, hay que analizar las dificultades. El servicio de limpieza se debería de adaptar a la ciudadanía y generar puntos limpios rotatorios, campañas específicas como el que hacemos ahora en La Paterna de objetos voluminosos. Les decimos, además, que reutilicen y donen las cosas porque hay cosas que pueden ser útiles a la gente. ¿Por qué no convertir los residuos en un recurso para aprovecharlo? A lo mejor con empresas de economía social, ONG, hacer algún sistema de cooperativa o de convenio para aprovechar todas esas cosas que pueden ser aprovechables no con criterios economicistas sino para reducir la basura. Como las cañas de los barrancos que hemos limpiado ahora en San Lorenzo, que están utilizando en los huertos urbanos para los tomateros.

¿Eso significaría incrementar los puntos limpios?

Los proyectos se pueden reorientar. Ya no se necesita igual tener a tanta gente que salga a limpiar si tu has planificado un horario de recogida y hay más aprovechamiento de la materia. Es un proyecto que tardará, que no será de la noche a la mañana, como el de vigilar también que de esos residuos no se aproveche la gente.

Una de las cuestiones que más irritan a los ciudadanos es el que la gente que tiene perros no recoja los excrementos. ¿Hay algún plan específico para esta cuestión?

Queremos hacer una campaña en las zonas donde más intensidad haya de excrementos, trabajar de manera educativa e intensivamente concienciando y sensibilizando a la población todos los días, una o dos horas. Y después pasar a la medida sancionadora si procede para que la gente no solo vea la multa sino que también se te ha animado y estimulado a ser responsable de tu mascota.

Ya ha sentado precedente al aprobarse en el último pleno la anulación del herbicida glisofato monsanto. ¿Qué pasa con él?

Es uno de los productos tóxicos que producen cáncer, dicho por la Organización Mundial de la Salud. Se está usando dentro de la normativa, de plazos, de métodos de aplicación, pero en otros lugares ya se ha fomentado su prohibición. Y nosotros queremos ser referentes también en prevenir la exposición a los tóxicos.

¿Hay más tóxicos que se utilicen en Parques y Jardines o en Limpieza?

Seguramente. Para hacer un diagnóstico ambiental de la ciudad y llegar a saber cómo son los procesos y que estos sean mejores con el medio ambiente hay un proceso de análisis. Hay métodos manuales que se pueden usar y los estamos investigando para implantarlos.

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