La Provincia - Diario de Las Palmas

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Diversión estival a base de mar

Un campus de verano en Las Alcaravaneras ofrece a los chiquillos actividades náuticas como el snorkel, las camas elásticas acuáticas, el windsurf y los hidropedales

Niños del campus jugando al voley playa. SABRINA CEBALLOS

A pesar de ser verano estos pequeños no pierden la rutina. Cada mañana se preparan y se arreglan como si fuesen al colegio pero, cambian el estuche por la toalla, el uniforme por el bañador y las libretas por las cholas. Como todos los veranos, los padres que trabajan se ven obligados a buscar actividades con las que no sólo dejar a sus hijo sino entretenerlos.

Una de las opciones son las actividades del campus que organiza en la playa de las Alcaravaneras la empresa Canaventur en colaboración con el Real Club Náutico de Gran Canaria.

Los padres pueden llevar a sus hijos desde las 07.45 horas de la mañana aunque hasta las 09.00 horas no comienza la diversión. Paddle surf, snorkel, camas elásticas acuáticas, windsurf, hidropedales o voley playa son algunas de las actividades de las que disfrutan los más de 30 niños que están inscritos durante este mes de agosto. Leticia Quintana, coordinadora de actividades de Canaventur, no lo duda, "El mes con más niños es julio. Este año tuvimos más de 140 pequeños en el campus".

En el campus de la playa de las Alcaravaneras las mañanas son náuticas. Los pequeños conocen la rutina y sus responsabilidades, antes de entrar al agua cada uno va a buscar su chaleco salvavidas, saben cuáles son de su talla y dónde deben dejarlos al terminar. A media mañana, en torno a las once se toman el desayuno y vuelven a la actividad que les corresponde.

La organización es vital, no sólo por tratarse de niños sino por ser actividades que se llevan a cabo en la playa. "Por suerte nunca ha habido ningún susto en el agua", matizó Quintana, quien comprende la responsabilidad que recae sobre sus hombros. "El número de monitores depende del número de niños pero generalmente la proporción suele ser un adulto por cada diez", explicó. Todos tienen la titulación necesaria, no sólo para trabajar con niños, sino para hacerlo en el puesto en el que lo hacen ya sea como profesores de windsurf o supervisores en las colchonetas elásticas.

Tras el almuerzo a las 13.00 horas en las instalaciones del Club Náutico, el entretenimiento se queda dentro del edificio a base de ajedrez, manualidades y juegos de interior. Es la manera de mantener a los chiquillos protegidos de las altas temperaturas propias del mediodía y las primeras horas de la tarde.

La mayoría de los pequeños inscritos se encuentran entre los siete y los once años pero también los hay de otras edades, desde los 4 hasta los 15. Algunos de los más pequeños comenzaron esta experiencia entre lágrimas, recelosos ante lo desconocido, sin embargo, ahora disfrutan en la arena de horas de juegos en un ambiente familiar. Los monitores conocen a todos los niños y viceversa, "son muchas horas cada día" explica.

Por este motivo, niños como Claudia repiten. Este es su segundo año en el campus y aunque ha pasado decenas de veces por cada uno de los puestos, es incapaz de decidir cual es su actividad favorita, aunque no duda en reconocer que las de agua son sus preferidas.

En verano no hay horarios fijos, o al menos para todos los niños. . Cada padre tiene una serie de necesidades, por eso casi todos los niños inscritos es el campus lo hacen solos. Para la coordinadora de los campus es una ventaja. "Que vengan sin grupos de amigos les ayuda a integrarse y a hacer nuevos colegas aquí".

No hay mensualidad, la matrícula es semanal y no existe un precio fijo, "entre más semanas más barato, no tenemos un precio establecido semana, según aumenta el tiempo se va cambiando el precio. Al final se queda alrededor de unos 100 euros por semana con comedor". Estas son palabra de la coordinadora del campus, quien reconoce que no es de los más baratos pero que si muy completo. Los niños que participen no tienen porque ser socios del club, sin embargo la mayoría, dada la ubicación y la relación de este con el campamento, lo son.

El objetivo más que entretener es divertir adaptando las diversas actividades a las capacidades y necesidades de las distintas edades. "Los niños de cuatro años cuando hacen windsurf se suben a la tabla en la orilla. Realmente es un paripé pero aún así el mero hecho de subirse a una tabla ya es algo que no suelen hacer habitualmente", explicó Quintana.

Esta empresa de ocio infantil organiza campus durante todo el verano con el objetivo de que los pequeños se lo pasen en grande durante el periodo estival. Actualmente realizan actividades en la playa de Las Canteras en colaboración con el Real Club Victoria, en el muelle deportivo junto a la Federación Insular de Vela Gran Canaria y este de la playa de Las Alcaravaneras en colaboración con el Club Náutico.

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