Llegó la hora de hacer las maletas y volver a casa. Miles de personas pasaron durante la jornada de ayer por el puerto de La Luz en su regreso de las vacaciones. Fueron unos días de sosiego en las Islas, sobre todo Fuerteventura, que acaban con un soleado domingo, antesala del regreso del trabajo. Casi una decena de barcos de las compañías Naviera Armas, que aumentó la frecuencia en la línea entre Morro Jable y Las Palmas de Gran Canaria con un ferri extra debido a la alta demanda, y Fred Olsen se encargaron de traerlos de vuelta en una de las jornada con más movimiento de pasajeros en el recinto portuario de todo el año.
Entre quienes ya han agotado sus días de descanso se encontraban Alexis Díaz y Patricia Aguilar, quienes con su perra Bimba llegaban alrededor de las dos de la tarde de ayer al muelle de La Esfinge. Lo hacían en el interior de una caravana, con la que por primera vez se fueron a disfrutar de la isla de Maxorata durante 15 días. "¿Qué como estoy? Del quince", decía Díaz tras desembarcar. "Me hubiese quedado un mes más", añadía este empresario, dueño, junto con su pareja, de la empresa de distribución de productos deportivos ADC Global, a la que se incorporará con "la cara un poco larga", bromeaba.
La experiencia de veranear dentro de una roulotte Ducato fue positiva para Díaz y Aguilar aunque se quejaban de la falta de espacios habilitados para este tipo de vehículos, además de la suciedad que muchos de los veraneantes dejaban en las cercanías de las playas situadas en el norte de Fuerteventura, de donde también llegaban en la tarde de ayer Nicasio García y Rosi Lorenzo. Y lo hicieron subidos en una de estas viviendas sobre cuatro ruedas en cuyo interior han convivido durante las últimas dos semanas. Él, médico de profesión, aseguraba no padecer aún ningún tipo de síndrome postvacacional. "Todavía no, mañana por la mañana antes de ir a trabajar puede que lo tenga", decía.
No todos los que arribaban dentro del Volcán de Tijarafe de Naviera Armas lo hacían en ve- hículos. Lourdes Callero, una guiense que ha pasado los dos últimos meses en la casa de sus padres en Morro Jable, lo hacía junto a sus dos hijos: Eduardo de 17 años y Gisela de 10. "Ya ni me acuerdo de esto", reconocía nada más bajarse del ferri la progenitora, que espera a que otro familiar le ayudara con unas maletas cargadas de recuerdos. "Han sido unos días de mucha playa y muchas fiestas de los pueblos", agregaba. La pequeña Gisela comentaba que ya tenía ganas de volver a su casa "para ver a mi padre", pero que iba a echar de menos a sus abuelos y amigos que dejaba en el sur de Fuerteventura.
Las hermanas Idaira, Famara y Acerina Trejo pisaban Gran Canaria con la piel tostada del sol. Durante una semana disfrutaron de las playas majoreras, pero tocaba regresar a la rutina. Aunque ellas aún tendrán unos cuantos días más de vacaciones antes de retomar las clases en la universidad. Pertenecen a ese otro colectivo de estudiantes que aún disfrutan de los últimos días de descanso antes del nuevo curso.
