La Provincia - Diario de Las Palmas

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"Solo se acuerdan para cobrar"

Los vecinos de los antiguos arenales de La Minilla lamentan la falta de atención en el barrio

Rosario Brissón explica los peligros de la zona desde la cornisa frente a su casa. QUIQUE CURBELO

"Ahora esto está horrible y es peligroso, pero solo se acuerdan de nosotros para cobrar". Así resume Rosario Brissón la situación en que se encuentran muchos de los vecinos -ella incluida- de la zona de los arenales que ocupaban el lugar donde hoy se asienta el barrio de La Minilla. Justo frente a la fachada de su vivienda se extiende una pequeña cornisa que no tiene ninguna barrera de protección y que da al Paseo de Chil.

"Cualquiera puede caerse por ahí, esto está muy descuidado", denuncia Brissón, que lleva, desde que nació, hace 72 años, viviendo en esta misma casa. Tanto la cornisa, que antes era de mayor superficie y dejaba más terreno en la parte de arriba, como el muro, del que se ha perdido una parte, ofrecían más seguridad hace un tiempo. "La pared acabará cayendo entera, seguro", comenta Brissón.

Ella ha visto con sus propios ojos, a lo largo de los años, cómo ha cambiado esta zona, donde antes se extendía la arena hasta donde alcanzaba la vista y ahora está prácticamente todo edificado. "De hecho, la poca arena que queda no es ni arena, es tierra; antes era todo arena y muy limpita", apunta.

La falta de limpieza es, precisamente, otra de las cuestiones de las que se lamentan en la zona. Y no es para menos, pues todo el terreno de los alrededores se encuentra plagado de basura: cristales rotos, botellas, envases, excrementos... "Esto está completamente abandonado, no nos hacen ni caso y esto es un desmadre", comenta María del Rosario Gómez, vecina e hija de Rosario Brissón, que al igual que su madre destaca que "por aquí solamente vienen para decirnos que la contribución va a subir. Pagamos como todo el mundo, pero parece que no tenemos los mismos derechos. Parecemos tercermundistas", agrega.

La que antes era una zona de la ciudad para vivir casi envidiable, a donde muchas personas acudían para tratar de ver los partidos de la Unión Deportiva Las Palmas en el Estadio Insular desde las alturas, ahora Brissón la define como "una zona mala". "Por las noches", relata su hija, "vienen incluso jóvenes y se ponen a hacer botellón y a fumar y hasta lanzan piedras contra nuestras casas. Dejan esto hecho un desastre, y cuando viene la Policía ya no hay nadie".

Otro de los problemas de los que se lamentan ambas es la falta de iluminación de la zona. "No tenemos ningún tipo de iluminación; aquí, por las noches, como no está alumbrado, no vemos absolutamente nada", asegura Gómez.

Pero algo se puede salvar. Su madre, que ha sido testigo de cómo ha ido desapareciendo la arena para dejar paso a los edificios, reconoce que, "aunque ya no tenemos la tranquilidad que teníamos antes, mantenemos una buena vista desde aquí". Entre otros puntos emblemáticos, se continúa divisando el Estadio Insular, ahora transformado en un parque. "Sigue manteniendo la misma forma y les ha quedado bonito, pero da añoranza que ya no esté nuestro estadio, valora Brissón.

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