El Pino, mejor con un margullo. La playa de Las Canteras se convirtió en el escenario que escogieron miles de personas ayer para pasar el día de fiesta en la capital. Y no es de extrañar, pues con el calor y el buen tiempo que se presentaron ayer no había mejor lugar para estar que en la playa. "Están los días de playa, como para estar en Teror. ¿Estar vistiéndonos de romeras pudiendo estar en bikini aquí?", comentan Laura y Sara, dos bañistas que prefirieron Las Canteras en vez de las fiestas del municipio norteño. "Hemos venido a refrescarnos, porque hace muchísimo calor", añaden.

El sol prácticamente no daba tregua, ya que apenas había nubes en el cielo que lo ocultaran aunque solo fuera durante unos segundos. Por esto, más de uno no se dejó en casa la nevera y la sombrilla, con la idea poder aguantar el solajero algo más de tiempo. Es el caso de Nerea y David, dos médicos que, aprovechando "que tenemos día libre y el buen tiempo que hace, nos vinimos a pasar el día en la playa". Eso sí, ambos reconocen: "Nos gustaría más que hubiera algo menos de gente, pero se disfruta también".

La gran afluencia de personas fue algo que afectó también a otros bañistas, como algunos de los habituales que tuvieron que modificar sus horarios si querían disponer de algo más de holgura en la arena. "Yo vengo todos los días sobre las dos y media, después de comer, pero hoy [por ayer] vine por la mañana porque sabía que iba a haber menos gente", confiesa José Juan Sánchez.

Lo cierto es que casi no cabía un alma más en la playa, lo cual conlleva que el espacio entre toallas se reduzca. Esto, a su vez, puede provocar que se den situacio- nes de cierta incomodidad se- gún las preferencias de cada persona. Uno de los ejemplos más esclarecedores, en este sentido, tiene lugar cuando comparten zona los fumadores y los no fumadores a los que les molesta el humo del tabaco.

Por ello, no son pocos los que piden que se prohíba fumar en los espacios públicos de esta índole. De este pensamiento es María Isabel Pérez, capitalina que entiende que "no debería estar permitido fumar en la playa, hay gente a la que le molesta".

Aunque ayer tuvo que hacer de tripas corazón con este contratiempo, María Isabel, una enamorada de Las Canteras, disfrutó igualmente, junto a su familia, del espectacular día de playa. "No se puede desaprovechar este lujo que tenemos aquí, y menos con el buen tiempo que hace", señala.

Por su parte, Diana y Dianelys González, dos hermanas que viven en la misma avenida de la playa, le sacan partido al asunto y no se cansan de ir y venir varias veces al día. "Nos pegamos un chapuzón tras otro, es la mejor manera para combatir el calor, por eso ni nos planteamos ir a las fiestas del Pino", afirman.

Quien sí acudió el día anterior a Teror a pedirle "de todo" a la Virgen es Obdulia Perdomo, que ayer optó por pasar el día en Las Canteras, con el contraste que ello supone. "Es que el médico me lo recomienda y a mí me encanta la playa", explica Obdulia, quien admite que no pudo resistirse a un día "tan bonito y maravilloso".

Las Canteras fue la elección de mucha gente, incluso de algunas personas de fuera de la Isla, como Juan Celso Bethencourt y Myrie Mata, dos residentes en Tenerife que se encontraban ayer en la playa "casi por casualidad", aprovecharon también el día de fiesta para disfrutar de una playa y una Isla que "nos fascinan". "Aquí todo es llano y viene genial para caminar", apunta Juan Celso, que el día anterior, con la excusa de la tradición, pisó Teror por primera vez. "Yo soy devoto de San Sebastián, pero me gustó también visitar a la Virgen del Pino", cuenta.

La capitalina Francisca Rosa Castillo, sin embargo, reconoce que prefiere "ir a Teror el día de las Marías, porque está más tranquilo". Menos pacífica encontró ayer Las Canteras, por la cantidad de bañistas, "pero se está genial de todas maneras", declara.

Otros sacaron tajada al día en la playa optando por una margulla-da hasta La Barra. Como Carola Castellano y Fernando Valdiviel-so, que hicieron una quedada para "ir hasta La Barra y ver pececi-tos, con gafas, tubo y aletas", cuenta Carola, que además afirma: "Ni pensé en ir a Teror: estamos mucho mejor aquí, la romería pierde contra Las Canteras; ya iremos a Teror en otra ocasión".

"Vinimos más o menos temprano", aclara Fernando, "cuando aún no había mucha gente. Somos un grupito llamado Playa Chica nadando y casi todos los días vamos nadando de Playa Chica a La Puntilla y, los que pueden, hacen también el viaje de vuelta".

Cabe destacar que fue el día también para los comercios de la zona, como los restaurantes, bares y, por supuesto, las heladerías, que daban la opción a tomar algo refrescante. La ocasión, por el calor, lo requería; por eso no debe extrañar que, a pesar de las fiestas del Pino, tantos eligieran Las Canteras. Está claro: un bañito a tiempo es una victoria.