Ninguno de los tres imputados acudió de forma voluntaria y espontánea a la policía tras producirse la muerte de Carlos Felipe, sino que se entregaron tras enterarse de que el Cuerpo Nacional de Policía los buscaba al situarlos en el lugar de los hechos. El Grupo de Homicidios logró identificarlos varios días después, tras inspeccionar las cámaras de seguridad que las instituciones, los bancos y las discotecas tienen instaladas en la calle José Franchy Roca de Las Palmas de Gran Canaria.
Las primeras imágenes que pusieron en la pista a los agentes fueron las captadas desde un edificio del Gobierno de Canarias y desde una sucursal de Bankia. En ellas se ve a Pedro Airán B. M., Óscar M. M. y Aarón D. A. caminar por Franchy Roca, luego llegan a la altura del soportal en el que dormía el mendigo y se agachan ante él.
Así estuvieron cuatro minutos, agachados, hasta que pasadas las 04.30 horas se incorporaron y siguieron rumbo al parque Santa Catalina, donde cogieron un taxi para volver al Risco de San Nicolás tras dar por terminada la marcha. Fue en ese momento cuando los grabó otra cámara de seguridad, la de Ibercaja. Los tres iban riéndose de manera "ostensible", según los informes policiales que describen las imágenes.
Eso ocurrió el pasado 11 de junio, fecha en la que el mendigo fue encontrado muerto en la acera, sobre las 07.00 horas, y 12 días después, tras la identificación policial, los tres admitieron ante el juez instructor que caminaban entre risas, pero no por embalar la cabeza de Carlos Felipe con cinta y pegarle en la espalda una botella de ron, sino porque sus "ronquidos se escuchaban por toda la calle", según dijeron en sus declaraciones judiciales. Uno de ellos, Aarón, reconoció que fue el autor de la "broma". Los otros, añadió, miraban.
