Atraído por la curiosidad, un señor observa a un grupo de nadadores en el mar desde el muelle del barrio marinero de San Cristóbal. "¿Esto qué es?", preguntó el hombre, que estaba ayer allí por casualidad pasando un día de playa en familia. Otra persona de entre el numeroso público expectante que se encontraba en la misma zona no tardó en informarle de que se trataba de la tercera edición de la travesía a nado que se realiza entre la playa de La Laja y San Cristóbal, organizada por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. A medida que iban llegando los participantes a la meta -el citado muelle-, tras semejante periplo, el mismo señor caía en la cuenta: "Esta gente está en forma, ¿eh?", razonó.
Desde luego, el simple hecho de llegar a la meta no es moco de pavo, y por eso no es de extrañar que los que lo lograron lo hicieron gracias a una preparación de campeonato. Los primeros en cruzar la línea fueron la teldense Verónica Navarro, en la categoría femenina, y el aruquense Airam Carretero, en la masculina, con unos tiempos de 32 minutos y 35 segundos y 28 minutos y seis segundos, respectivamente. "Esto es producto del trabajo y de la constancia; estoy muy contento", declaró Carretero, que ganó por segunda vez consecutiva la carrera y en esta ocasión encontró "menos corriente" y se le hizo, por tanto "más cómoda" la travesía.
Por su parte, Navarro, que ganó por tercera vez la prueba, apuntó que "cada vez la mar está más revuelta, y eso me gusta porque requiere más esfuerzo; también se agradece que hayan puesto más boyas para señalizar el camino", comentó la nadadora, que, tras la competición tuvo un precioso detalle con su vecina y amiga "de toda la vida" Marta Mangué, jugadora olímpica de balonmano cuyo padre había fallecido el viernes; por esto, Navarro quiso sacarse una foto con la camiseta de Mangué puesta mientras sostenía orgullosa su medalla.
El segundo y tercer puesto de la categoría femenina lo obtuvieron Joana Biliato y Ainhoa Santana, respectivamente. En la masculina lo lograron Ciro Gutiérrez y Marcello Tonelli, respectivamente.
Más de un profesional había entre los competidores, si bien muchos, aunque practican la natación regularmente, lo hacen a nivel de aficionado. Es el caso del vecino de Ingenio Martín Javier Robaina, que suele entrenar unas dos o tres veces en semana. "Para mí", cuenta, "lo importante es la participación; a mí me encanta la natación porque es un deporte donde no hay contactos ni lesiones y fortalece los hombros y ayuda a mantenerse uno físicamente".
Las capitalinas Patricia Rodríguez y Yurena Castillo nadaron ayer por primera vez en esta travesía. "Ha sido una experiencia buena, pensé que iba a ser peor pero la verdad es que la marea estaba más o menos tranquila", valoró la primera. Castillo, por su parte, reconoció que se le hizo "un poco larga". Eso sí, ambas tienen la intención de repetir el año que viene.
De los 246 participantes, la gran mayoría venía de distintos puntos de la Isla. Pero también los había de fuera de ella, como Marte Laajus, finlandés exnadador del grupo olímpico y nacional que se inscribió en esta travesía por segunda vez. Todos ellos se concentraron desde las 11.00 horas en la playa de La Laja, desde cuya orilla se dio la salida, a la altura de la Torre del Viento.
Aunque estaba previsto que fuese a las 11.30 horas, no fue hasta las 11.45 que el speaker dio la salida al grupo masculino, y dos minutos más tarde hizo lo propio con el femenino. A toda pastilla se dirigieron hacia el agua con el objetivo de llegar lo antes posible al muelle de San Cristóbal.
Tras alcanzar la meta, donde el público ovacionaba la llegada de cada participante, los nadadores, después de recibir la medalla, pudieron disfrutar de un avituallamiento a base de agua y fruta -naranjas y plátanos- y de un masaje para relajar los músculos tras tremendo esfuerzo.
Los encargados de entregar los premios fueron los concejales de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez; el de Deportes, Aridany Romero; y la edila del Distrito Vegueta-Cono Sur-Tafira, Lourdes Armas, que se situaron en la meta junto con representantes de la Asociación de Estibadores, Cooperativa de Pescadores, Asociación de Restauradores de San Cristóbal y vecinos del barrio. "La travesía empezó siendo una actividad más dentro de la feria Sabor a Mar del barrio de San Cristóbal, pero ha cogido entidad propia y fuerza y ahora se organiza de manera individual y específica, por el éxito que ha tenido; de hecho, teníamos la posibilidad de inscribir a 250 personas y hemos llenado el cupo", declaró Ramírez.
"Es una travesía para la que hay que estar en forma", prosiguió, "hay trozos que hay que nadarlos contracorriente; con lo cual, para los aficionados, es una de las travesías más interesantes de las que se ofertan en la ciudad".
