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El artista de pequeños detalles

El maquetista de barcos Ramón Melián ha construido, entre otros, el 'Juan Sebastián Elcano' que se exhibe en el Real Club Náutico

Un trabajo minucioso. JUAN CARLOS CASTRO / SABRINA CEBALLOS

"La grandeza de una obra reside en los pequeños detalles". Esta es una de las máximas como artista de Ramón Melián (Las Palmas de Gran Canaria, 1942), maquetista de barcos a escala en sus ratos libres, que trata siempre de reflejar en sus obras hasta el más mínimo elemento que encuentra en los modelos originales: peces, hielo, placas, cuchillos, banderas... Todo lo que tienen los buques queda también plasmado en sus maquetas, que lucen con un acabado espectacular. "Soy muy minucioso", apunta.

Melián, protésico dental de profesión, dedica horas y horas, desde hace más de 40 años, a esta afición que, según cuenta, le viene de un abuelo marinero ya fallecido que también hacía maquetas. "Aún recuerdo, cuando era pequeño, que mi abuela me mandaba al muelle a llevarle la ropa limpia a mi abuelo cuando llegaba; él era muy bueno haciendo maquetas, y a mi siempre me ha gustado ir al Puerto y ver los barcos", relata.

De hecho, su fuente de inspiración son, como no podía ser de otra manera, los propios buques. "Cuando veo uno que me gusta mucho, tanto si lo he visto en persona en La Luz como si no, ya me entran ganas de hacerlo a escala y me pongo a ello", aclara.

El siguiente paso, tras escoger el modelo, es el de encontrar los planos y fotografías tomadas desde todos los ángulos y entresijos de las naves. "Antes, cuando no había Internet, a veces iba yo mismo a sacar las fotos en los barcos; y los planos me los tienen que mandar", explica el artista, que afirma que esta labor requiere también de un asesoramiento a través de "libros sobre la época en que navegaron estos barcos, para ponerles siempre elementos que le correspondan".

Tras calcular la escala y adquirir todo el material necesario, Melián se pone manos a la obra con la maqueta. De media, hacer cada barco le lleva unos cuatro o cinco años.

Su primera obra fue un ballenero de vela que actualmente tiene un hermano suyo. De las "cinco o seis" maquetas que dice haber llevado a cabo en total, la más grande de las que ha hecho es la del buque escuela Juan Sebastián Elcano, a escala 1:74, que se encuentra expuesto en el pasillo de la entrada del Real Club Náutico. Algo de lo que el propio Melián se siente orgulloso. "Este barco lo puse en una muestra en El Corte Inglés y lo vio un directivo del club al que le gustó y me dijo que si lo podíamos exponer en el Náutico. Lleva aquí desde 1994, más o menos", cuenta.

También en el Club Náutico se exhibe otra de sus obras, la del Amerigo Vespucci, buque escuela de la Marina Militar de Italia. Realizar esta maqueta, a escala 1:100, le llevó un total de 2.300 horas de trabajo a lo largo de cinco años.

Además, el restaurante Ribera del Río Miño de la capital grancanaria alberga también otro de sus trabajos: una maqueta de una embarcación de pesca del norte de España dedicada al atún, bonito, merluza y arrastre.

Actualmente, Melián se encuentra trabajando en una maqueta del velero alemán Gorch Fock. Él no para; y, mientras pueda, seguirá. "Le dedico, del tiempo libre que tengo, el que puedo, y cuando me apetece. Me sirve para desconectar y para mí es como una droga, hay días en los que casi no puedo parar. Tengo una afición tremenda por esto", reconoce. Desde luego, una buena noticia para los que sepan apreciar pequeñas grandes obras como estas.

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