La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista. Socioecólogo

Manuel Calvo: "Hay que reducir el abuso de la movilidad en automóvil en un 80%"

"Me gusta la idea de la BRT (la guagua exprés) porque mejora la calidad del transporte público a un bajo coste", apunta el consultor de sostenibilidad en Estudio MC

Manuel Calvo, ayer, en el paseo de la playa de Las Canteras. SABRINA CEBALLOS

Trabajó en la implantación de los carriles bici de Sevilla y va a dar una charla sobre esta materia. ¿En qué va a profundizar?

Bueno, realmente vengo a hablar de movilidad sostenible, que es algo que va mucho más allá de los carriles bici porque además de la bicicleta, está la apuesta por el peatón y hay una alternativa no motorizada, por supuesto, siempre en conjunción con el sistema de transporte público. La cosa es que durante los últimos años hemos apostado por una movilidad fundamentalmente de automóviles y esto va a tener que acabar, no solo por cuestiones ambientales.

¿Hay que acabar con el uso del coche?

Hay que acabar con el abuso de la movilidad en automóviles. Actualmente, en Las Palmas, más del 60% de los viajes se realizan en automóviles y esto es una barbaridad. Vamos a tener que reducirlo no solo aquí en Las Palmas, en todas las ciudades. De hecho hay muchas que ya se han dado cuenta que el único camino posible es la apuesta, sobre todo, por la movilidad no motorizada en conjunción con el transporte público.

Entonces, ¿dónde estaría el equilibrio para que se diese una movilidad sostenible?

Lo ideal es que la movilidad en automóvil se redujera en un 80%. Lo suyo sería que tan solo un 15 o 20% se hiciera en automóvil, entre un 40 y un 60% en no motorizado y el resto en transporte público. Pero esto no es algo que no hayamos vivido en la historia, hace 25 años la gente se movía fundamentalmente andando, lo que ocurre es que desde entonces ha habido desplazamiento muy acusado de esa movilidad. Y nos estamos dando cuenta que este no es el camino adecuado, no solo por la contaminación o la dependencia energética, también porque hemos hecho una ciudad que no es habitable. El 80% del espacio urbano está ocupado por los automóviles y eso expulsa a las demás actividades: comerciales, a los peatones, limita la vida en la calle... La idea es intentar revertir esa situación y que haya muchísima más calidad de vida en el espacio público.

¿Ha tenido oportunidad de pasear por la ciudad y ver, por ejemplo, los carriles bici y las zonas peatonales?

Bueno, yo Las Palmas la conocía de otras veces que he venido, pero no sé cómo ha ido la cosa los últimos dos años. Lo que tengo entendido es que desde el municipio y el gobierno local ha habido una apuesta por mejorar la movilidad en el sentido en el que estoy hablando, pero no me ha dado tiempo a ver los últimos avances. Conozco el plan de movilidad, que no es perfecto, pero me gusta y creo además que la ciudad, por clima y por tradición, tiene una buena oportunidad para liderar una dinámica en este sentido. Por ejemplo, en Sevilla, que es de donde yo vengo, en un momento dado se lideró el desarrollo de la bici y ha tenido muchísimo éxito. Han multiplicado por 11 los usuarios de la bici en solo cuatro años y hoy cerca de un 7% de la movilidad se realiza en bicicleta y la bicicleta es parte del parque urbano de Sevilla. Eso lo que demuestra es que con voluntad política, si se invierte en otros medios de transporte, las personas lo utilizan porque son mucho más convenientes que el coche.

Aquí los carriles bici no han estado exentos de controversia, especialmente un tramo que hay en Guanarteme en el que los ciclistas comparten espacio con los vehículos y hay personas a las que les da miedo.

Cuándo tú vas en coche y ves una bicicleta, ¿qué haces?

Ir más lento.

Claro, frenas. Pues ese es el objetivo, calmar el tráfico.

¿Y no es peligroso?

Hay una distinción muy importante entre peligroso y arriesgado. Un carril bici puede ser arriesgado, pero nunca es peligroso. Peligroso es el coche. No obstante, otro problema que se está dando en España es que se están diseñando muchas vías ciclistas con la intención de que no se reste nada de espacio al automóvil, y eso es imposible. Después, hay que diseñarlo bien, hay que hacer una infraestructura cómoda, porque si la haces que tenga 8.000 recovecos es incómodo y además genera situaciones de riesgo para el ciclista, situaciones de peligro para el que va en el coche y genera una sensación estresante. Y la idea es justo lo contrario. Además, las vías ciclistas tienen que estar pensadas para que sean utilizadas por la mayoría de las personas no solo para los que ya están convencidos.

Decía que le gusta el Plan de Movilidad de la ciudad. ¿Qué fortalezas le ve?

He visto que es un plan que tiene una visión muy integral de la movilidad, lo cual es muy importante, es decir la bici tiene que estar integrada en una política de la mejora de la movilidad. Porque por ejemplo en Sevilla se ha apostado mucho por la bicicleta, se ha tenido un éxito rotundo, pero ahora mismo el crecimiento del número de ciclistas está estancado porque hay otra serie de políticas de movilidad sostenible que no se están desarrollando. Y por ejemplo tendrían que lograrse aparcamientos seguros para que no le roben la bici a la gente, que haya aparcamientos en los sitios de destino...

¿Qué no le convence?

Creo que todavía sigue apostando mucho por una mejora de lo viario y del automóvil basada en grandes infraestructuras. Y yo pienso que hay que establecer cierta moratoria con el coche y volcar todos los esfuerzos en el desarrollo de medios de transporte que llevan décadas abandonados. Por eso, la integración de alta capacidad del BRT [bus de tránsito rápido o guagua exprés] me parece muy acertada.

¿Es buena idea?

Sí, a mí el BRT me gusta porque mejora mucho la calidad del transporte público con muy bajo coste y en muy poco tiempo. En Andalucía, por ejemplo, se están construyendo metros subterráneos y esto provoca un déficit de las arcas municipales brutal, porque es costoso y además cierran dos o tres años la ciudad mientras duran las obras.

La BRT aún no se ha implantado pero con lo que cuenta ya la ciudad es con agentes de movilidad con los que usted se va a reunir. ¿Cómo serán esos talleres?

Hay tres líneas fundamentales que yo quiero compartir con ellos. La primera es el hecho del conocimiento de los elementos básicos de la movilidad sostenible. Hay una segunda línea sobre los discutibles mitos que existen en torno a esto. Es decir, que sin el automóvil los comercios se caen, que los ciclistas son todos unos irresponsables... Y después una tercera línea de formación, de saber cuál es el papel que la legislación actual reserva a la movilidad y a los medios de transporte.

¿Cuál es ese papel?

Pues depende. El reglamento de tráfico se centra mucho en el automóvil y el automóvil tiene preferencia en todos lados. Estuvo a punto de aprobarse en 2011 una modificación de ese reglamento de circulación que daba la vuelta al medio urbano. Es decir, en la mayoría de vías urbanas el coche no iba a tener la preferencia, pero no llegó a salir. Durante dos años los directivos de la DGT estuvieron haciendo presentaciones públicas, incluso con texto redactado, pero al final no dio tiempo y luego llegaron las elecciones. Y el gobierno de Rajoy se olvidó completamente de estas cosas. No sé si sabes que con el gobierno actual se ha detenido esa tendencia del descenso del número de muertes en carretera. Se han centrado en cosas que no tienen sentido y muchas cosas que no han salido porque desde Europa han dicho que la tendencia es justo la contraria.

Con respecto a otros países europeos, ¿cómo se posiciona España en cuanto a movilidad?

Estamos mal, excepto algunas experiencias singulares. En general, las ciudades de centro Europa tratan muchísimo mejor el espacio público que nosotros, y eso que lo utilizan menos porque tienen peor clima.

Usted ha realizado numerosos estudios en materia de movilidad sostenible. ¿Qué datos curiosos puede compartir?

Las mujeres andan mucho más que los hombres, que dos tercios de los clientes de transporte público también son mujeres y además, conducen menos. Cuando hay un coche en la familia lo utiliza, normalmente, el varón. Y hay un 30% de familias que no tienen coche. Un coche es una inversión cara y poco inteligente si te haces menos de 20.000 kilómetros al año.

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