Como suele ocurrir por estas fechas, las afamadas mareas del Pino llegan al litoral capitalino. Un fenómeno que ocurre por factores astronómicos durante el cambio de estación de verano a otoño, si bien no todos los años se producen, aunque para muchos sea algo impensable. El motivo no es otro que el hecho de que tengan que coincidir pleamar y oleaje. Cuando se da, además de la subida de la marea, su llegada trae consigo un fuerte oleaje en el océano que llega a las costas en forma de mar de fondo o de olas de gran altura que, en algunas ocasiones, superan los tres metros. No fue el caso ayer, ocasión que propició que los surfistas pudieron disfrutar de una buena jornada de olas en la playa de Las Canteras.