"Cuando Las Canteras quiere te regala una postal impresionante", señala Carla Fernández, una de las decenas de bañistas que disfrutaron ayer de una cita que comienza a convertirse en una tradición: llegar a La Barra caminando desde la zona de Playa Chica. Es una oportunidad que la naturaleza solo le ofrece a la bahía capitalina contadas veces a lo largo del año. Y ayer, la segunda marea más baja del 2015, fue una de ellas. La más vacía se dio el 21 de marzo, fecha en la que la temperatura no acompañó. Sin embargo, este lunes se dieron todas las circunstancias para convertirlo en un día inolvidable.
A las 20.18 horas se produjo la bajamar, pero desde las 19.00 comenzó la peregrinación. La luz, el clima y el cielo se pusieron de parte de los bañistas. "Hace una tarde espectacular. Estoy deseando llegar a La Barra. Nunca he estado", confiesa un emocionado Fermín González, de 48 años. Junto a él, decenas de personas de todas las edades fueron poco a poco llegando a La Barra.
La excursión, pese a todo, no fue tan masiva como el año pasado. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria había pedido colaboración ciudadana "para preservar los valiosos ecosistemas que alberga la playa de Las Canteras, sus fondos y la formación rocosa de La Barra". Ocurre que el pasado 10 de septiembre del 2014 el acontecimiento reunió a mucha más gente a través de una convocatoria en las redes sociales. Debido a ello, para evitar que se repitiera, el Ayuntamiento desaconsejó la travesía, recomendación que no tuvo éxito aunque sí redujo la presencia en comparación con la última vez.
"Es espectacular. Tremendo. Las vistas ponen los pelos de punta. El esfuerzo ha merecido la pena y pienso repetirlo", añade Fermín González a su regreso. Su edad, admite, hace que no sea fácil llegar hasta la formación rocosa a nado, por lo que una de las mareas más bajas del año es el momento ideal para disfrutar de las bondades de La Barra.
"No sabéis lo que tenéis. Es una maravilla esta playa, esta Isla y la temperatura", se presenta una andaluza a un grancanario mientras ambos observan desde el paseo de Las Canteras. "Esto es un espectáculo, nunca había visto nada igual", añade antes de iniciar una amena conversación sobre sus primeras vacaciones en Gran Canaria. Y es que mientras los bañistas disfrutan de su aventura, en la orilla y en el Paseo se acumulan de curiosos que no paran de comentar el acontecimiento y de fotografiarse para inmortalizar el momento.
Todo ello sucede ante la atenta mirada de personal del Ayuntamiento y de efectivos de Cruz Roja y la Policía Local Turística. El consistorio ha dedicado un especial interés a la cita de ayer después de considerar que la masiva peregrinación del año pasado generó perjuicios al ecosistema.
De hecho, para medir los efectos de semejante afluencia de gente investigadores de la facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas acudieron el viernes a tomar muestras del estado de los fondos marinos de la playa y La Barra. Este martes volverán para comprobar la cuantía de los daños y tenerlo en cuenta de cara a los próximos años. Porque El camino de Las Canteras apunta a ser una tradición.
