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Un instituto al abordaje en La Luz

El barco de vela noruego 'Sorlandent', en el que estudian quince alumnos, recala en la ciudad

Estudiar en un velero. SABRINA CEBALLOS

¿A quién no le gustaría estudiar todo un curso de instituto a bordo de un velero y recorrer el mundo? Esta es la gran experiencia que están viviendo los 15 alumnos de la A+ Academy, que comenzaron el año académico en el mes de agosto en el noruego Sorlandet, el barco de vela más antiguo del mundo, de entre los que se dedican a este tipo de actividad, que llegó este martes, consignado por Wilhelmsen Ships Services, al Puerto de La Luz y de Las Palmas; en concreto, al muelle Santa Catalina. Allí permanecerá hasta el domingo, cuando partirá con destino a Cabo Verde.

Entre los estudiantes, procedentes de México, Canadá, Noruega, Suiza y Estados Unidos y con edades comprendidas entre los 15 y los 22 años, se encuentra el mexicano Francisco López, quien admite que, aunque en ocasiones "se hace duro porque hay que estudiar y no tenemos mucho tiempo en general, y también hay que hacer las tareas del día a día en el barco", la considera una vivencia "original y divertida". "Aprendo muchísimo, no solo de las clases, sino también de mis propios compañeros; todos hemos madurado y nos hemos hecho más responsables", agrega.

De hecho, todos los alumnos, junto al resto de la tripulación, se implican en las faenas del buque, como hacer guardias, limpieza o ayudas en la cocina y en la cubierta. A esto se suma las diferentes asignaturas a las que tienen que asistir: historia, inglés, física, química, política, matemáticas...

Tzeyang Cheung Vivas, la profesora de chino, aclara que los alumnos aprenden no solamente con las clases, sino también "acerca de los lugares en los que atracamos, sobre lo que hay que hacer en un barco...". A nivel personal, la maestra asegura que ella también aprende mucho cada día "con mis clases y mis alumnos".

"Eso sí", admite, "al principio estaba asustada, porque uno no sabe cómo va a ser la vida en un barco, pero las clases me van bien, estoy contenta con mis alumnos y todos nos llevamos bien; es que, si no, no podría funcionar". "Es cierto que se hace difícil la comunicación con los amigos y la familia y a veces echas en falta algo más de privacidad, pero de resto es una experiencia muy buena", añade.

El espacio donde conviven es, obviamente reducido, y por eso está lo mejor aprovechado posible. Por ejemplo, los bancos de la sala común donde estudian se convierten en camas por la noche, y los armarios donde guardan la ropa y otros objetos están ocultos bajo algunos sofás.

Si ya puede producir envidia -sana- ver a estos chicos disfrutando de un año de estudios en un barco, cuando se conoce el itinerario del velero, aumenta aún más. Al navío, que partió de Kristiansand (Noruega) el 18 de agosto, le quedan por visitar distintos -y distantes- puntos del globo, tales como Trinidad y Tobago, Colombia, Ecuador, Nueva Zelanda o Singapur.

Entre estudiantes y marineros son, en total, 42 los tripulantes del Sorlandet en estos momentos. Todos ellos conscientes de que se encuentran a bordo del barco de vela, de entre los que operan como escuela, más antiguo del mundo.

Para ser exactos, el barco se construyó en 1927, en Kristiansand (Noruega), tal y como apunta el capitán, Odd Nordahl-Hansen. Con 65 metros de eslora y 35 metros de altura del mástil más largo de los tres, tiene capacidad para un total de 60 estudiantes. Estudiar en esta academia privada no es una posibilidad al alcance de todos, y los alumnos tienen la opción de realizar uno o dos de sus últimos años de instituto y prepararse, con el programa de estudios que ofrecen, para la universidad. De momento, el Sorlandent y sus tripulantes zarpan el domingo hacia Cabo Verde. Buen viaje.

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