La incertidumbre y el silencio marcaron el ritmo de la mañana de ayer en el Centro Comercial Sotavento del Muelle Deportivo de la ciudad. A la espera de conocer el rumbo que tomará el enclave, tras el anuncio de precinto por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en los locales que abrieron sus puertas optaron por la cautela y prefirieron no pronunciarse sobre un tema que aún no se había cerrado. La actividad continuó, como cualquier otro día, si bien en el ambiente se palpaba la inquietud propia de una situación que ha causado el "estupor y preocupación" entre el centenar de personas que trabajan en los distintos negocios, según señaló a Efe Ana Suárez, administradora de este espacio.
Para alguien ajeno a la noticia que LA PROVINCIA/ DLP publicó el pasado jueves, perfectamente la jornada en el centro comercial podría haber pasado como otra cualquiera. Los mismos locales que llevan tiempo cerrados no reabrieron renovados para la numerosa clientela que acude a este enclave, referencia del ocio nocturno y de la hostelería de la capital grancanaria. El personal de limpieza desempeñó su labor para el buen mantenimiento del lugar. Las furgonetas de empresas externas aparcan en la puerta y de ellas los mozos descargan cajas de bebidas que toman rumbo hacia los almacenes y neveras de los restaurantes, cuyas terrazas también están montadas y preparadas para servir.
No obstante, un grupo de personas bien vestidas y con lo que parecen carpetas y tabletas en la mano, llama la atención. No hay mucho movimiento de personas, de manera que tampoco es muy difícil observar cómo este cónclave pasea por distintas zonas del centro comercial, donde también hacen largas paradas. Unos se van, otros se unen, pero por lo demás, todo parece seguir igual. Pero lo cierto es que la tormenta en forma de cierre amenaza con caer.
El precinto al que podrían enfrentarse en este centro comercial del Muelle Deportivo afecta a más de una decena de establecimientos de ocio y restauración y, cómo no, a su centenar de trabajadores. El motivo que propició la medida del cual el Ayuntamiento fue la inspección que se llevó a cabo el pasado 21 de septiembre, tras la denuncia de un empresario del negocio nocturno presentó contra el Bar Terraza Sotavento. A raíz de esto fue cuando el Consistorio determinó la clausura por incumplir las condiciones de la licencia de apertura y, según recoge el escrito municipal, por las deficiencias en materia de seguridad que podrían afectar a la clientela.
La medida fue tildada por Suárez como "desproporcionada e injustificada", que se ha podido evitar con los procedimientos ordinarios existentes para ello. La administradora aseguró que el enclave recibió del Ayuntamiento licencias de obra que solicitó para ejecutar modificaciones en sus espacios comunes, mejoras de la accesibilidad, las vías de evacuación, la ampliación de los baños. Asimismo, aseguró que las reformas emprendidas por los distintos locales que se alquilan en el recinto fueron informadas y cuentan con el permiso municipal. "Por eso no entendemos porqué nos estamos viendo en esta situación".
Suárez, que aseveró estar centrando todos sus esfuerzos en solventar este problema, presentará hoy un escrito en el Ayuntamiento que acredite que se han tomado medidas. "Pero si hay que subsanar algo, lo haremos, porque no nos hemos negado nunca a ello". La administradora del centro comercial confía en que el Ayuntamiento paralice la orden de precinto después de presentar la documentación y quiso aclarar que el enclave seguirá abierto, "con todas las medidas de seguridad acordes", por lo menos hasta mañana, fecha en la que se cumplirá el plazo otorgado por el Consistorio para el cierre.
