Para poder disfrutar de la cerveza durante los tres días que dura el Oktoberfest en el barrio histórico de la ciudad, es necesario, en primer lugar, "alquilar" una jarra. Es decir, hay que pagar una fianza que, al devolver el recipiente, se entrega al cliente. El precio estipulado para los distintos tamaños es de cinco euros para las jarras de un litro y de tres para las de medio. "Esto es algo que se hace en toda Europa", asegura Ramón Sainz-Rozas, quien explica además que se puede tener la jarra todo el tiempo que se desee. "Con esto también evitamos que nos ocurra como el primer año, cuando nos quedamos sin vajilla para el segundo día de la fiesta".