Si alguien sabe cómo bailar bien un papagüevo ese es Álvaro León Moreno. "Es fácil", anuncia con solemnidad, "primero te tienes que meter dentro, luego caminas hasta la carretera y a partir de ahí comienzas a dar vueltas o lo echas hacia delante", termina de explicar sin darle demasiada importancia al tema del peso o del tiempo que hay que estar meneando al gigante. ¡Y ojo!, que él sabe perfectamente de lo que habla. Porque no todo el mundo a los seis años de edad puede decir que, "desde que era pequeño", ha bailado varias veces con uno. Vamos, que León Moreno es ya un veterano en el anual encuentro de estos altos y simpáticos personajes que organiza su madre Ana Moreno, con motivo de las Fiestas del Pilar. "Lo lleva en la sangre porque yo preparaba esto embarazada de él", apunta divertida la progenitora y precursora del evento que cumple su décimo aniversario. Por si quedan dudas, el chiquillo no tiene ningún reparo en agarrar a Colombo, el policía del barrio que le hizo su abuela Elisa Mederos, y dar una lección magistral de cómo danzar.

La plaza del Pilar, corazón neurálgico de los festejos que arrancaron el pasado jueves, es también el punto de encuentro de los más de 60 "señores papagüevos" que han llegado desde distintas zonas de la ciudad y de la Isla. Los que vienen de más lejos son los norteños de Gáldar, que están inspirados en la obra del pintor Antonio Padrón y además se estrenan en esta edición. Y los de Guía, que "son los más espectaculares por la altura y el peso de la cabeza", apostilla Moreno. También están presentes los de la Asociación El Gurugú, de Bañaderos, los de La Isleta, San Cristóbal y los del propio barrio de Guanarteme.

Otros que no se pierden la fiesta son los de Schamann. "Nosotros venimos todos los años", comenta Omar Rodríguez Feo, uno de los bailadores de 23 años. Tanto es así, que en una de las ediciones pasadas tuvieron problemas para que les bajasen en un camión los siete gigantes que les presta un particular hasta la plaza del Pilar y decidieron llevarlos hasta allí bailando. "Nos vinimos caminando desde nuestra zona, pasando por Escaleritas, La Minilla, el ambulatorio de Guanarteme y, finalmente, la plaza", rememora el joven que hace danza bajo los 40 kilos que pesa El Moro.

Y es que el encuentro de papagüevos se ha consolidado ya como una tradición que no deja indiferentes a quienes participan en él, lleven o no encima un gigante con el que girar. Una vez más, numerosas personas acompañaron y brincaron por junto a estos altos personajes que recorrieron el barrio por las calles Secretario Padilla, Espartero, Simancas, Perú, Paseo de Las Canteras, Numancia, Pavía, Castillejos y Lepanto. Por supuesto, no faltó la música que, en esta ocasión, corrió a cargo de las bandas Isleña y de Agaete. Y también de las batucadas H-Mencey, Show Band Piratas del Caribe, Origen Santuka de Gran Canaria, Origen Santuka de Tenerife, Espíritu de Fuego de Granada Santuka y Santuka de Fuego de Cáceres.