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Guerra a la marihuana en La Isleta

Una vecina se queja de los olores que provienen de un club de cannabis que, según el Ayuntamiento, se "ajusta a la normativa"

Maite Suárez frente al club cannábico. JOSÉ CARLOS CASTRO

Desde hace casi un año, Maite Suárez, dueña de una tienda de santos en la calle Prudencio Morales, se queja de que del local colindante llegan olores y humos de los consumidores de cannabis. En diciembre del año pasado, Suárez denunció por primera vez a la Asociación Cannabica Medicinal de Las Canteras (Acmecan) por "los fuertes olores y el humo" que provenían del local a través del patio interior.

El pasado enero, un informe de la Policía Local constataba que en la tienda de santos de Suárez, Yemaya Obbatala, "olía a marihuana" desde el portal hasta el tragaluz del patio interior. Tras el informe, se precintó el local de cannabis y se paralizó la actividad durante cuatro meses.

Tras el precinto, el club Acemcan invirtió en la instalación de extractores de humo, así como la obra para que el montaje llegase al techo del edificio sin pasar por el patio que da a la tienda de santos, y selló las ventanas y tubos que dan al patio interior. La instalación de extractores se revisa cada seis meses para garantizar que los humos de la asociación puedan alcanzar otras viviendas.

El presidente de Acmecan, Daniel Quintana, firmó un acuerdo con los vecinos del edificio para garantizar la convivencia. Según el acta, Suárez es la única que firmó en contra. Quintana asegura que otros vecinos han mostrado sus quejas de manera más amistosa y que han solucionado los inconvenientes. "Tuvimos algunas quejas por el ruido antes de que nos precintaran, pero desde que hemos vuelto a abrir hemos hecho las cosas bien", explica.

Además el mismo Quintana reconoce que hicieron "cosas mal" pero que tras el cierre se trabajó para que sus actividades no pudieran afectar al local de Suárez. Acmecan tiene 400 socios inscritos de los cuales unos 100 son activos y frecuentan el local, que abre a las 10.00 horas y cierra a las 22.00 horas con un parón a medio día entre las 14.00 y las 16.00 horas.

Suárez, tras la reanudación de las actividades del club, fue a hablar con el concejal Urbanismo y primer teniente de alcalde, Javier Doreste, para solicitar el cese de las actividades. El motivo de Suárez ahora es que el informe de la instalación del 15 de mayo que ella tiene no está firmado ni sellado por el técnico. Desde el Ayuntamiento y la Acmecan aseguran que todos los papeles están en regla y sellados. Según Doreste, el establecimiento "es legal y se ajusta a la normativa".

Suárez insiste en que los olores a marihuana le dan "mareos y vómitos" y que puede afectar a su hijo menor, que acude por las tardes a la tienda. Acmecan efectuó entre mayo y principios de junio las obras necesarias para acondicionar el local y, por ello, reanudó las actividades hace cinco meses y no tienen la intención de cambiar de modelo ni de más pleitos con Suárez.

Acmecan es parte de la Plataforma Canarias Se Planta y Firma, integrada por asociaciones de cannabis, que ha logrado reunir más de 5.000 firmas para tratar de normalizar el consumo de esta sustancia y que no sólo sea considerado como algo lúdico, sino terapéutico.

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