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Entrevista

Fátima Diáz: "Cáritas ha suplido la responsabilidad de las instituciones con los más pobres"

"Hemos constatado que vivimos en una tierra muy solidaria, que ha ayudado desde el primer momento a familiares y amigos en situación de necesidad", manifiesta la Secretaria general de Cáritas Diocesana 2007-2015

Fátima Díaz Mederos, en la plaza de Santiago de Gáldar tras la entrevista, cerca de donde vive. YAIZA SOCORRO

¿Por qué ha dejado de ser secretaria general?

Porque se ha producido una renovación en el equipo directivo.

¿Qué cambios ha habido desde 2007 en Canarias?

Muchos. Han sido años marcados por el paso de la crisis. Se han elevado considerablemente los datos de las personas en paro, que no reciben ningún tipo de ingresos y de las que se incorporan a la realidad de la pobreza. Hay muchas personas que a pesar de tener un empleo siguen dentro de la pobreza, porque las condiciones laborales no permiten una vida digna. Los derechos de las personas se han visto gravemente recortados y las familias viven situaciones más complejas, porque no tienen una sola dificultad, sino que se van acumulando varias como desempleo, vivienda, salud, que hacen más complicado dar una respuesta adecuada a cada una de ellas.

¿Cómo ha reaccionado la sociedad?

Hemos constatado que vivimos en una tierra profundamente solidaria, que ha ayudado desde el primer momento a familiares y amigos en situación de necesidad, y que también ha querido apoyar a las entidades que estamos trabajando con ellas.

¿Cómo se ha vivido el incremento de la pobreza y la exclusión social en la Iglesia?

Con gran preocupación e intentando dar respuestas concretas a las realidades de las personas necesitadas. Pero desde la conciencia de que es necesario cambiar muchas cosas de la sociedad en la que vivimos para buscar salidas que ataquen las causas de la pobreza y no sólo sus consecuencias.

¿Qué respuestas principales ha dado Cáritas?

En estos años Cáritas se ha visto desbordada por el aumento de la demanda y ha vuelto a dedicar gran parte de su tarea a lo asistencial. También se han encendido las alarmas que nos hacían ver que nuestra tarea va más allá de la asistencia, favoreciendo el acompañamiento de las personas y haciendo visibles las causas profundas que están produciendo esta pobreza y denunciando las injusticias que vamos descubriendo cada día. Es necesario que las administraciones públicas se impliquen y se hagan realmente responsables del bienestar de los ciudadanos, ya que es su obligación. Hemos ido reconduciendo algunos de nuestros programas y proyectos, pero las grandes necesidades de empleo y formación, vivienda, familia, personas migrantes, siguen estando presentes y potenciándose, sin olvidar la atención a las adicciones como construcción de vidas rotas.

¿Cómo valora el trabajo conjunto de las Cáritas de la Diócesis de Tenerife y la de Canarias?

Muy positivo. Cada Cáritas tiene su autonomía y su peculiaridad. Pero es importante coincidir en lo central de nuestra tarea. Hemos dialogado, hemos construido y hemos trabajado olvidando de dónde procede cada uno y una, para hacer más real la acción de Cáritas en nuestro archipiélago. Ha sido muy importante la presentación de las memorias respectivas con unas reivindicaciones comunes, así como las dos campañas regionales realizadas para llegar más y mejor a toda la población para que nos conozcan más allá de los alimentos. Nos hemos posicionado de forma conjunta ante las distintas administraciones regionales y entidades, con el fin de que prevalezca la situación de las personas más desfavorecidas.

¿Cuántas trabajan en las Cáritas de la Diócesis de Canarias?

En torno a las 1.300 personas voluntarias. El voluntariado es la clave, y sin él nuestra institución no tendría sentido. Son la mano que acoge, el rostro que sonríe, el corazón que siente con cada una de las personas que se acercan a nuestras dependencias en cada pueblo y barrio. Dedican su vida a estar al servicio de todas esas personas con la convicción de que este mundo puede ser mejor y más justo al estilo que nos plantea el Evangelio.

Cáritas pide ayuda para los más necesitados, pero denuncia también las causas de la pobreza. ¿Esa actitud es algo ya asumido por toda la Iglesia?

Hemos avanzado mucho como Iglesia, en la que a Cáritas le ha tocado empuñar la bandera y hacer visibles las realidades y denunciar las injusticias. Pero está claro que hemos de seguir dando pasos en Cáritas y en la Iglesia para que vivamos como exigencia la necesidad de sacar a la luz las realidades que no responden a la dignidad de las personas y demos alternativas de cómo construir ese mundo más justo en el que creemos.

¿Por qué cree que con el 33% del paro y un tercio de la población bajo el umbral de la pobreza la sociedad no ha estallado?

Porque tenemos una sociedad muy fuerte liderada por las familias y que ha hecho de colchón para que nuestras personas cercanas no caigan en situaciones más graves, apoyando económicamente, recogiendo a familiares y amigos en nuestras casas, buscando con ellos soluciones. Pero también hemos de ser conscientes del desgaste que esto ha supuesto para las familias, tanto en lo económico como en lo anímico y psicológico, y que en estos momentos empezamos a vislumbrar.

¿No cree que las ONG hacen el trabajo que deben hacer las instituciones públicas?

Es uno de los riesgos que podemos correr. Desde Cáritas hemos estado en una constante revisión y reflexión para intentar descubrir cuál es nuestro papel y qué no nos corresponde. Nuestra tarea siempre ha de ser de apoyo y colaboración con las administraciones públicas y con la sociedad en general, desde nuestra identidad y nuestra convicción de que cada persona tiene derecho a una vida digna. Desde ahí desarrollamos nuestra acción, sabiendo que la responsabilidad de garantizar el bienestar de la ciudadanía es del Estado y sus órganos, aunque en este tiempo puede que haya habido ocasiones que casi hemos suplido, más que colaborado, y en ello hemos de seguir atentos para no caer.

¿Debe cambiar esa situación?

Siempre hay que seguir dando pasos para que las administraciones sean las garantes de los derechos de las personas. Se han de construir espacios de trabajo conjunto y colaborativo donde la sociedad y las entidades sociales aporten a la construcción de las políticas necesarias, y una acción en la que la persona necesitada sea la prioridad, favoreciendo medios adecuados para hacer que todo lo que hacemos sea realmente eficaz, y no entremos en competencia, ni en duplicidades.

¿Qué le parecen los planes contra la pobreza y la exclusión social?

En la medida en que vayamos dando pasos para erradicar la pobreza y la exclusión son pasos importantes. Esos planes han de tener medidas para afrontar la emergencia y la ayuda inmediata, pero es fundamental que vayan acompañadas por medidas que permitan que las personas salgan de la situación en la que se encuentran, no desde la asistencia sino desde la búsqueda de soluciones que favorezcan que cada persona pueda hacerse responsable de sus necesidades y las de su familia.

¿Estamos saliendo de la crisis?

Igual ya no debemos seguir hablando de crisis, sino del modelo de sociedad que estamos construyendo y que determinadas situaciones agravan. Parece que hay mejoría en datos económicos. Cáritas Española ha dado a conocer datos de personas atendidas que se estabilizan y ya no aumentan. Hemos de tener cuidado para que la mejora de los datos y el avance de algún sector de la población no nos hagan olvidar a quienes siguen viviendo situaciones de pobreza, convirtiéndolas en invisibles, porque no cuentan en muchas de las estadísticas.

¿Qué ha aprendido de su paso por Cáritas?

¡Muchísimo! El trabajo con las personas voluntarias ha sido un auténtico privilegio, porque me ha permitido descubrir personas que entregan su vida. He aprendido a no prejuzgar, a estar dispuesta a escuchar y a que la participación es fundamental. He aprendido que Cáritas es trabajo con otras personas y entidades, y como tal hemos de ser capaces de confluir en lo fundamental. He aprendido a ser mejor persona y, sobre todo, a agradecer cada día el privilegio de formar parte durante estos años de la familia Cáritas, sabiendo que lo importante es sembrar desde lo pequeño allí donde estemos.

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