La Provincia - Diario de Las Palmas

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Aquí la Tierra La producción del espacio

Obreros y turistas

La Barriada Carló fue concebida a principios del siglo XX, en lo que hoy es el barrio de Schamann, como una ciudad en la que convivirían visitantes y trabajadores, separados por un hipódromo

La Bahía y La Isleta vista desde los terrenos donde se emplazaría la Barriada Carló, en una foto publicada en el semanario 'Canarias Turista' en 1919.

Si su promotor hubiese conseguido hacerlo realidad, la imagen de Las Palmas sería otra. Sin embargo, la dificultad para captar inversores, derivada en buena medida de su extrañeza, dio al traste con él. De este modo el proyecto de la Barriada Carló, del que se tiene noticia por primera vez en 1909 por el periódico madrileño El Globo, es referido públicamente por última en 1919, en el semanario Canarias Turista. Después, esta empresa pensada para albergar turistas y obreros en lo que entonces se llamaba lomas de Las Rehoyas, se hunde definitivamente en el silencio y su espacio sería ocupado más tarde por el barrio de Schamann.

Por aquel entonces, las desérticas lomas pertenecían al municipio de San Lorenzo, anexionado por Las Palmas tras la guerra civil, así que, quizá, si la barriada Carló se hubiese hecho realidad, habría que hablar en puridad de dos ciudades contiguas. Tan contiguas como que colindarían por el Paseo de Chil, límite entre ambos municipios.

El propio diario El Globo, en una noticia que reproduce el diario local La Mañana, habla indistintamente de una y dos ciudades: "La ciudad de Las Palmas, en Gran Canaria, está llamada a ser una de las más hermosas estaciones de invierno", dice. Y, más adelante, añade: "Se trata de levantar una ciudad nueva, algo así como una Ciudad Lineal pero construida en una explanada inmensa".

Siempre según lo publicado en El Globo y reproducido en La Mañana, el promotor de la ini-ciativa y dueño de los terrenos, José Carló, asistido por el arquitecto francés Constant Martin, pensaba en una ciudad con plazas anchas y arboladas, magníficos bulevares y casas modernas, así como hoteles y pequeños teatros. "Será la ciudad ideal para el turista, hermosa, higiénica, atractiva, risueña".

Junto al barrio de los turistas, en esta ciudad habría otro barrio, el de los obreros, a los que se proporcionaría "habitación cómo-da, higiénica, llena de luz y aire, apartándole de barrios extre-mos y de casetas agrupadas". Obreros y turistas estarían separados por "una extensión de muchos metros destinada a hipódromo, fiestas y toda clase de sports". El conjunto, en forma de anfiteatro, con una perspectiva panorámica sobre Las Palmas y la bahía de La Luz, constituiría "un bello y espléndido invernadero cosmopolita".

Pese al empeño puesto por José Carló, padre del pintor Juan Carló, cofundador de la Escuela Luján Pérez, la barriada se encontró con numerosas dificultades financieras y seguramente políticas. Y, por si fuera poco, el comienzo en 1914 de la Primera Guerra Mundial complicó más su viabilidad. Así, el diario local Ecos comenta en un artículo sin firma de 1916: "Se dice que la Barriada Carló ha fracasado", lo que a continuación rebate con el argumento de que "cuando estalló esta guerra era ya casi un hecho la realización del mismo [del proyecto] por una sociedad a constituirse en París por capitalistas ingleses y franceses".

En el artículo de Ecos se indica también que al proyecto de la barriada le falta capital para "construir una amplia y cómoda carretera que de acceso a la misma, nivelar el terreno, construir alcantarillado moderno, alumbrado". Quizá el promotor confiaba en que estas actuaciones fueran asumidas por el municipio de San Lorenzo. Pero éste, en cualquier caso, no sólo disponía de escasos recursos, sino que temía que Las Palmas lo acabara engullendo, como, finalmente, así fue.

El caso es que la guerra mundial acabó en 1918 y el proyecto de barriada compartida por obreros y turistas no levantaba cabeza. Con todo José Carló no cejaba en el empeño. De este modo, aún en 1919, el semanario Canarias Turista reproducía en una de sus entregas un mapa del extraño proyecto y una foto del Puerto y Las Palmas vistas des- de la loma de Las Rehoyas, donde estaría el linde de la nueva ciudad, hoy ocupado por Cuatro Cañones.

Un último artículo de Cana-rias Turista, publicado en otro número de 1919, invita aún a los inversores a sumarse al proyec-to de "una nueva ciudad, espléndida y soberbia que ha de levantarse en las faldas y alturas de Las Rehoyas". Según reza el texto, "las negociaciones siguen de éxito en éxito", "los dueños de las laderas que han de arbolarse para embellecer el paseo de Chil no presentan dificultad alguna" y, entrada de una pieza no contemplada en el proyecto inicial, se contempla la construcción de un casino. "Una gran compañía dedicada a la construcción de grandes casinos en las costas de Francia e Italia", dice el artículo al respecto, "va a construirlo aquí, en el borde la montaña, entre jardines y arboledas".

Tras esto vienen el olvido y la anexión de San Lorenzo por Las Palmas. Vienen la expansión de Las Palmas por las lomas de Las Rehoyas y más allá y la construcción de numerosas viviendas para obreros, si bien en unas condiciones de habitabilidad muy inferiores a las que contemplaba aquel proyecto. En cuanto a los turistas, nunca llegaron a convivir con los obreros. De ser así que duda cabe que Las Palmas, o a esta ciudad contigua a Las Palmas, hubiese sido un caso digno de la mayor de las atenciones.

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