El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas acordó en la tarde de ayer recuperar el edificio de la empresa Fransari, que lleva varios años en desuso, con el objetivo de que la naviera Fred. Olsen ocupe las oficinas y las convierta en una terminal de pasajeros. El presidente del Puerto, Luis Ibarra, indicó que esa es la principal intención de uso del inmueble, aunque aún tendrá que superar los trámites administrativos necesarios para que se produzca la concesión a la compañía de origen noruego. La elección de estas instalaciones se debe a la cercanía con la rampa que utilizan los ferris de Fred. Olsen en el Puerto de La Luz, situadas en el Muelle Grande Poniente.
Fransari, la firma que hasta ahora tenía los permisos para ocupar este espacio, cesó su actividad hace varios años, como señala Francisco Fonte, cronista del Puerto de La Luz. En un principio, la intención de sus administradores era utilizar el edificio para suministrar electricidad a la flota atunera japonesa hace más de diez años, como rememoró Fonte, que añadió que, sin embargo, el negocio apenas funcionó. Incluso, los propietarios de la empresa instalaron una agencia de viajes para las tripulaciones, con idéntico resultado.
Ahora el Puerto rescata el inmueble por razones de interés general portuario y con la idea de que sea la citada naviera la que instale allí su sede dentro del Puerto. Además, serviría para atender a los pasajeros que utilizan los catamaranes que realizan las rutas que conectan Las Palmas de Gran Canaria con Morro Jable y, en ocasiones, la capital grancanaria con Santa Cruz de Tenerife cuando las condiciones meteorológicas obligan a cerrar el puerto de Agaete.
En la sesión de control también se determinó ampliar la superficie de la concesión otorgada a la otra naviera que realizar rutas interinsulares, Naviera Armas, en el muelle Nelson Mandela, conocido popularmente con La Esfinge. El espacio de terreno aumenta de los 31.500 metros cuadrados hasta los 35.900, mientras que la lámina de agua también se incrementa en 2.000 metros cuadrados hasta los 8.790, como indicó el presidente de la Autoridad Portuaria.
Ibarra apuntó que con estas modificaciones la primera y segunda fase de las obras se unen en una sola, por lo que permitirá a la naviera reducir los plazos de las obras de los 18 meses iniciales hasta los 14, por lo que, dijo, prevén que a principios de 2017 ya estén completamente operativos los dos pantalanes que se instalarán para el atraque de los ferris.
Estos trabajos se iniciaron el jueves de la semana pasada con la llegada de una draga procedente de Dinamarca, concretamente el buque Gefion R, que retiró arena del fondo de la dársena. Según indicaron fuentes de la empresa, a principios de esta semana finalizó la operación, aunque la embarcación sigue atracada en el muelle.
La obra que dirige la constructora Dragados también ha sufrido ligeras modificaciones porque en el fondo marino se ha hallado un barco hundido a 25 metros de profundidad, como resaltó Ibarra. Aunque la existencia del pecio no entorpece la operatividad de los ferris, que suelen tener un calado inferior a los 10 metros, sí que ha provocado que uno de los pantalanes se haya movido seis metros, según declaró el dirigente portuario.
Asimismo, Luis Ibarra anunció que espera que en el próximo consejo de administración se dé a conocer el nombre de la empresa encargada de construir la explanada en la que irán las instalaciones de Armas. Esta será la única obra que financiará la Autoridad Portuaria, mientras que la compañía destinará más de 15 millones en levantar los pantalanes, cuyos primeros bloques se instalarán después de las navidades; las diferentes rampas para descargar vehículos y una terminal de pasajeros.
