"Todo fue muy rápido. Éramos cuatro pasajeras en la guagua. Comenzó a llover fuerte y enseguida comenzó a entrar agua por la puerta de la guagua, hasta que cubrió los asientos", explicó María Isabel Quintana, la usuaria de Guaguas Municipales que fue rescatada por los efectivos de emergencias, al inundarse el vehículo de piso bajo en el que viajaba, así como gran parte de la avenida Blas Cabrera Felipe, por debajo del barrio del Zárate y la zona deportiva Martín Freire.

Este suceso tan repentino ocurrió pasadas las 15.20 horas, en la avenida antes indicada. El agua alcanzó unos sesenta centímetros de altura, como marcan las paredes, muros y vehículos afectados.

"Seguía entrando agua. Ya cubría los asientos. Nos pusimos de pie, por encima de los sillones. Las otras tres mujeres salieron de la guagua", afirmó María Isabel Quintana, que agregó, aún con el susto en el cuerpo: "Temí que el agua siguiese subiendo, ya que al chófer le llegaba hasta el pecho; a mí, hasta las rodillas, estando de pie, sobre los asientos".

Después, la rápida actuación de los efectivos de emergencias y de seguridad permitió el rescate de la pasajera por parte de los bomberos, y horas después se pudo volver a cierta normalidad. La avenida quedó cerrada al tráfico con bastante barro y trabajo para los operarios en la limpieza.

Los bomberos entraron en la guagua, de la línea 9 (Línea Hospital Negrín-Hoya de la Plata) para sacar en camilla, poco después, a María Isabel Quintana, que presentaba una crisis de ansiedad.

Este vehículo de transporte público salió a las 15.18 horas de la parada y circuló con normalidad por delante de Zárate. Juan José Rivero, el conductor, relató: "Salí de Hoya de la Plata, pero delante del Martín Freire nos quedamos parados, cuando estaban dos coches y otra guagua, de la línea 12, también parados. Llovía. De repente, se llenó de agua el vehículo por encima de los asientos en unos cuatro minutos".

El chófer aún estaba preocupado tiempo después. "Claro que aún estoy preocupado. Es normal. Llevo a personas. Y eso que tengo un historial limpio en los doce años que llevo en la empresa. Nunca me pasó algo como esto. Al final, todo se resolvió y los efectivos [bomberos, policías, ambulancias, personal de limpieza, entre otros] fueron rápidos y trabajaron muy bien", aseguró.

El agua y la tierra también afectaron a la decena de vehículos que estaban aparcados o que circulaban por la zona, así como a las instalaciones del Martín Freire, como las pistas de atletismo, que se quedaron inundadas. Juan Francisco González, propietario de un turismo, fue rápido a su coche al oír que había inundaciones. "Estaba en el Hospital Insular. Operan a mi mujer. El agua cubrió el motor", comentó, al tiempo que esperaba la grúa. En una situación parecida estaba Juan Castellano, que circulaba con su coche cuando notó que "falló el motor por el agua que cubría por encima de las ruedas".