La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La resaca del temporal Incertidumbre en Jinámar

Desalojados hasta el fin de semana

Los vecinos del bloque Guaydil no podrán regresar a sus casas hasta que se asegure la ladera

Un vecino del bloque Guaydil mira a la ladera afectada.

Los vecinos de la urbanización Guaydil, en las Ramblas de Jinámar, podrán regresar durante el fin de semana a sus viviendas, de las que fueron desalojadas el pasado viernes por las lluvias torrenciales, que provocaron desprendimientos en la ladera que hay detrás del edificio. El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, declaró que las obras de mantenimiento supondrán una inversión de 100.000 euros, pero que en "materia de seguridad el coste no importa".

En Jinámar fueron un total de seis familias las que tuvieron que dejar sus casas de los bajos del edificio, ya que había riesgo de que se desprendiera una gran roca contra las viviendas. Fueron 17 personas, entre las que una mujer que se puso de parto. La concejal del Distrito Vegueta-Cono Sur-Tafira, Lourdes Armas, lo bautizó como "el niño de la tormenta". Armas quiso remarcar la "respuesta rápida" por parte del Ayuntamiento con los vecino del Guaydil, que, según la edil, llevan denunciando el peligro más de ocho años.

Nicolás García, residente afectado, reconoce que pasó "un poco de miedo" el viernes que fue evacuado. El vecino relata que pequeñas rocas chocaron contra la fachada trasera de su vivienda, temiendo que llegase una mayor. "Podría haberme caído encima una roca mayor a través de la pared de mi casa", dice García, que se realojó en la vivienda de un vecino que aceptó acogerle por su movilidad reducida. "Para mí era más cómodo quedarme en casa del vecino que irme a unos apartamentos", explica, y recuerda el agua en la carretera como algo "asombroso". García por suerte no tuvo que abandonar el edificio, pero recuerda que el viernes, cuando evacuaban a sus vecinos, muchos se "tuvieron que ir con los pies mojados".

Doreste expuso que los desperfectos causados son consecuencia de "cuatro años de desidia y abandono de las infraestructuras hidráulicas por parte del anterior Gobierno". Por suerte para los vecinos del Guaydil el cemento proyectado y el muro de contención cumplieron, evitando un desastre mayor, pero desde ayer los técnicos del Ayuntamiento están desplegando una red dinámica de contención. También trabajan retirando escombros y rocas en peligro de caída. El concejal declaró que los técnicos optaron por el tendido de la maya como "solución". Doreste también quiso hacer hincapié en la "rápida respuesta" por parte del Ayuntamiento y lanzó un dardo a la oposición al declarar que los daños hubieran sido peores de no haber decretado la alerta el pasado viernes. "Si llega a caer en Las Palmas de Gran Canaria lo que cayó en Telde no sé qué hubiera pasado", remarcó el edil.

Santiago Vega también fue desalojado de su vivienda el pasado viernes, cuando el agua llegaba "de lado a lado" en las Ramblas de Jinámar. Vega se reubicó en la casa de su hermano y aún no sabe cuándo podrá regresar a su casa, en los bajos del bloque Guaydil. Vega reconoce que también pasó miedo y que "nunca había visto llover así".

El concejal de Cohesión Social, Jacinto Ortega, realizó balance del total de personas evacuadas por cuestiones de seguridad. "Aparte de las seis familias de Jinámar, hay una desalojada de la zona de La Laja y otra de cinco miembros del Risco de San Nicolás", expuso el edil, que matizó que los evacuados se han realojado en los apartamentos Miami en la capital grancanaria.

Ramón Álamo por suerte no tuvo que dejar su vivienda. "El viernes pasé bastante miedo", dice. Por suerte no tuvo que dejar su casa, ya que vive en el segundo piso del bloque, desde el que pudo observar cómo las piedras caían por la ladera por la parte trasera del edificio, y cómo el agua cubría toda la calle y las ramblas a la entrada.

Álamo explica que es la primera vez que ve llover así. "La gente se descalzaba y se remangaba los pantalones para cruzar las ramblas", comenta el joven, que observa como los operarios del Ayuntamiento limpian la ladera y colocan la tela metálica. "Eso dará más seguridad", comenta, y recuerda cómo evacuaron a la gente. "Vinieron y se llevaron a todo el mundo que vivía en los bajos", comenta.

En su casa se reúne con Vega, que no podrá volver a su hogar hasta el próximo lunes como pronto. Ambos recuerdan el agua que bajaba por la ladera como algo "que difícilmente se repetirá", pero aseguran que "hay que estar preparado para todo". Mientras, los operarios siguen despejando la ladera ante los ojos de los vecinos del bloque Guaydil, que esperan una solución definitiva a un problema que ya denunciaron hace ocho años.

Compartir el artículo

stats