Los investigadores de la policía científica buscaban pistas ayer en los alrededores de la vivienda de Saray González. Se pasaron la mañana hablando con los vecinos y los dueños de los locales próximos al bloque donde presuntamente fue agredida la joven. Los residentes en la zona no tienen indicios de que tuviera una pareja y no se relacionaban con ella. De hecho, muchos no la conocían.
Las dos trabajadoras de la peluquería Lourdes & Lucy no pudieron reconocer la foto que el policía les mostró. "Si no venía a arreglarse el pelo aquí no sabemos quién era", comenta una de las peluqueras, que estaba en el local cuando encontraron a la joven. "Fue una tarde tranquila", describe la peluquera. "Después vino la policía y la ambulancia y nos enteramos de lo que había pasado", relata, "pero la verdad es que no conocíamos a la muchacha", añade. Lo mismo ocurre con la propietaria del local de costura que hay al otro lado del edificio donde vivía la universitaria. "No la había visto", comenta la mujer, que tampoco quiere opinar del tema.
Por el portal no pasa nadie, solo los investigadores de la policía de un lado para otro, lanzando preguntas sin obtener respuesta alguna. La vecina del bajo del edificio colindante no se enteró de la noticia hasta ayer por la tarde. "Trabajo por las tardes y me despierto sobre la hora de comer, no sabía lo que había pasado", explica al salir a tirar la basura. La mujer que vivía al lado del piso de las universitaria dice que no escuchó "nada", y también prefiere no pronunciarse, ya que, según comenta, tiene diabetes y está muy afectada. A medio día se presentaron los medios de comunicación, pero ningún vecino quiso comentar nada. La hermana del inquilino del piso de debajo de las universitarias comenta que "conocía de vista" a la chica, y que había "cruzado algunas palabras" con ella. Viene a ver a su hermano para "ver como está" después del "lío" del día anterior.
Alfonso Blanco presenció desde su casa la llegada de la policía y del forense. "Al principio no estábamos seguros de lo que había pasado", explica Blanco, que reconoce que se enteró del fallecimiento de la joven al día siguiente por la prensa. "Nos llamó la atención la entrada de lo que nos pareció un forense", relata el joven. "Podía haber sido cualquier otra cosa, como una detención", describe Blanco, que tampoco reconoció a Saray pese a vivir en su misma calle.
