El mercado de Vegueta se ha adaptado a los nuevos modelos de negocios que adoptan otros en España o Europa. Santiago Bolaños, gerente del mercado, se muestra satisfecho e ilusionado con la transformación. "Se trata de un cambio de formato", explica. La zona gastronómica ofrece poder degustar mucho de lo que hay en el mercado. Este nuevo espacio lo lleva una empresa que gestiona los 14 puestos de comida, "para que no haya competencia", comenta Bolaños, "se trata de crear sinergias entre los puestos en el mercado y la zona gastronómica".
Eigil y Annie Anderson están de visita en la Isla. El modelo que ha adoptado no les parece revolucionario, la mayoría de los mercados en Dinamarca, de donde procede la pareja, ya tienen la oferta gastronómica integrada. "Hasta se junta el mercadillo", comenta Annie, que puede aprovechar su visita al casco antiguo de la capital grancanaria para probar tostadas de jamón serrano o de tortilla de papas. "Nos encanta la gastronomía española", dice Eigil, que se pide una jarra de cerveza para acompañar su tapa.
La zona gastronómica también abre jueves, viernes y sábados por las noches hasta las 2.00 horas y forma parte de la ruta de tapas de los jueves. Pero por las mañanas son más los turistas que se acercan a probar tapas y pinchos de todo tipo. "Los precios de las tapas son asequibles para todos", explica Bolaños, "pero más para los turistas nórdicos, que son países más caros". Los Anderson no son los únicos que pasan por los bares de tapas. En el puesto de Chus Martín, que fue el primero de la nueva zona, hay otra pareja de turistas alemanes que piden algo para picar. "El primer año fue duro", revela Martín, ya que fue el único puesto que ofrecía tapas y no había tenido promoción. Asegura que "sobrevivió" por los clientes habituales, pero desde hace un mes, cuando abrieron los otros 13 puestos, "hay mucha más actividad". El puesto de Martín ha sobrevivido un año antes de que se implantase la nueva zona gastronómica. Los jueves, mientras la mayoría de la gente acudía a la calle Mendizábal, La Antequera atendía a los que se acercaban por esa zona del mercado, que ahora, gracias a la nueva iniciativa, tiene actividad, no solo los jueves por la noche, sino todos los días de la semana. "Hay que reconocer que los días fuertes son jueves, viernes y sábado", comenta Martín, pero también agradece que los lunes, martes y miércoles, pueda ofrecer su variedad de pinchos a los turistas que se acerquen al mercado.
Durante las mañanas, a primera hora la gente acude a comprar a los puestos, pero desde el mediodía la zona gastronómica atrae a turistas y gente que acude al mercado a tomar una tapa o una caña. "Se trata de crear una sinergia indirecta", comenta Bolaños, que reconoce que su idea para el futuro es la de una relación directa. "El espacio debe ser compatible con el mercado, donde puedes comprar un queso y tomarlo con un vino de un puesto y un pincho de tortilla del otro", explica, y añade que la "idea es que puedas comprar en el mercado y que te lo preparen en los puestos gastronómicos". El modelo en el que se fijan es el de los grandes mercados en España.
"La Boquería, en Barcelona, o San Miguel, en Madrid, son nuestras referencias", dice el gerente, que espera poder añadir más aforo a la nueva zona. "La idea es hacer una zona de mesas encima de los puestos", comenta, pero reconoce que "aún queda tiempo" para llevar a cabo el proyecto. Pero de momento la idea gusta a los socios de la empresa. "No es el mismo modelo que el mercado del Puerto", comenta José Avellaneda, uno de los socios. "Los 14 puestos son propiedad de la misma empresa, con lo cual no existe una competencia dentro", explica Avellaneda. "La idea es ofrecer más por menos", describe, además de la libertad con la que puedes moverte por la zona gastronómica. Hasta los camareros pueden moverse de un puesto a otro, las mesas son compartidas, con lo que no tienes que tomar el pincho justo delante del puesto, puedes irte al otro lado y acompañarlo de un vino o una cerveza. Carlos y Laura compran en La Antequera las tapas, para después combinarlo con el vino de otro puesto. "La idea es buenísima", comenta la pareja, que estaba "de paso" y se encontró con esta nueva zona. "Me llama la atención la variedad de tapas", dice Carlos, que asegura que volverá más a menudo con su pareja para disfrutar de la zona gastronómica.
"Hay que integrar", dice Samuel Rodríguez, que trabaja en un puesto de tapas y cañas. "La gente se acerca a tomar algo después de comprar", agrega. "La idea no es expulsar a la gente que trabaja en el mercado", dice Bolaños. Francisco Ortega, dueño de la carnicería Ortega se muestra satisfecho con el cambio de modelo del mercado. "La iniciativa es buena", comenta, pero aún espera que de el último paso. "Poco a poco, pero espero que llegue el día que puedan comprar la carne en mi puesto y se lo preparen en la zona gastronómica", explica. Además, Ortega releva que la idea no afecta a los negocios antiguos. "No quita y puede aportar", dice Ortega, ya que los que se acercan a probar tapas después pueden comprar en el mercado lo que degustan. "El estilo europeo", dice Ortega, "y cuánto ha tardado en instalarse aquí". Los mercados de Vegueta y el Puerto ya han introducido la zona gastronómica, aún queda por ver si otros con un enclave menos turístico pueden hacerlo.
