Los investigadores del homicidio de Saray González, la estudiante víctima hallada muerta el martes pasado en el piso compartido en el que residía en la calle Pérez del Toro de la capital grancanaria, están volviendo sobre sus pasos para no dejar atrás ninguna pista que pueda ser crucial para hallar al autor de la muerte de la joven. En esta línea, ayer recabaron más vídeos en los negocios del entorno del edificio donde vivía Saray.

La visita de la policía, que ya había solicitado la semana pasada los vídeos de las cámaras de seguridad a varios negocios de la zona, causó sorpresa. Los dueños de los negocios que poseen este tipo de sistemas de vigilancia aportan lo que tienen para colaborar con la investigación en curso que lleva la Brigada de Homicidios de la Policía Judicial de Las Palmas.

Tras una semana de indagaciones, los investigadores continúan pendientes de los resultados de los análisis relacionados con el ADN de la fallecida, natural de El Tanquito, en La Palma, y que cursaba tercero de Relaciones Laborales en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Las pesquisas se han centrado principalmente en el núcleo íntimo de Saray, pues la línea principal de la investigación se centra en que el homicida podría conocer a la víctima, dado que la puerta de la casa no estaba forzada.

Sus familiares y amigos se despidieron en su isla natal el sábado de los restos mortales de la universitaria, que ayer habría cumplido 27 años. Su cuerpo sin vida fue hallado el pasado martes 27 de octubre sobre las 17.00 horas por su compañera de piso, y los primeros datos de la autopsia realizada al cadáver revelaron que recibió varios golpes mortales en la cabeza. Igualmente, presentaba marcas en los brazos compatibles con signos de defensa, lo cual indica, según fuentes judiciales, que intentó protegerse de su agresor.

Al no haber ningún indicio de robo en la vivienda y tratarse de una agresión directa, las partes implicadas en la investigación trabajan con la hipótesis de que Saray abriera la puerta de forma voluntaria y el agresor es alguien conocido. De todos modos, todas las líneas de investigación permanecen abiertas, incluido el robo, si bien es cierto que no hay ninguna señal que apunte a una agresión sexual.

Objeto afilado

Los médicos forenses también han elaborado una hipótesis del arma homicida empleada, la cual no se encontraba en el escenario del crimen, y han determinado que Saray fue golpeada más de cuatro veces con un objeto afilado. La joven falleció debido al traumatismo craneoencefálico que le causaron dichos impactos. Se cree que el arma homicida tenía un borde cortante -como el de un sacho o arma blanca con una hoja similar- porque la víctima también presentaba cortes.

Mientras tanto, sus familiares han reclamado respeto y cautela para que el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) pueda dar con el autor de los hechos. También han agradecido a la ciudadanía las muestras de apoyo y solidaridad recibidas durante la semana pasada. Mientras la investigación continúa en secreto, sus allegados esperan que las causas de la muerte se esclarezcan lo antes posible.