La construcción de viviendas se desplomó en la capital grancanaria en 2008 y tocó fondo en 2012 a consecuencia de la crisis económica que, como contrapartida, ha impulsado las obras de rehabilitación y pequeñas reformas de los inmuebles. De hecho, la solicitud de licencias para hacer obras menores, consistenetes en pequeñas reformas o rehabilitaciones, se ha duplicado en los últimos cinco años. El paro, el empleo precario y los bajos sueldos impiden a la gente embarcarse en la compra de un piso y opta por arreglar sus hogares.
Y es que la construcción de casas, que comenzó a hundirse de manera significativa en 2008 no acaba de recuperarse. Según los datos facilitados por la Concejalía de Urbanismo, se nota un ligerísimo repunte de solicitudes para realizar obra mayor, aunque no significativo, con respecto a 2012, en el que el número de solicitudes se cifró en 418, la peor cifra de la década. De las 453 solicitudes de licencia de obra mayor que recibió el Ayuntamiento el pasado año, sólo 47 estaban relacionadas con obra de nueva planta, mientras que 112 correspondieron a rehabilitaciones o reformas integrales de edificios, que también en este caso, están suponiendo un cierto respiro para los profesionales del sector.
Estas últimas cifras son ridículas si se las compara con el incremento que han experimentado las solicitudes de licencia de obra menor, que el pasado año ascendieron a 1.636, lo que supone más del doble de las 797 que se pidieron en 2009, la cifra más baja de la década para estas actuaciones que, por regla general, consisten en reformas de baños y cocinas y cualquier otra interven-ción, como el cambio de la instalación eléctrica o de saneamien-to, que no altere la estructura ni el volumen del edificio. Estas actuaciones son más asequibles para los sufridos bolsillos de los ciu- dadanos.
A partir de 2010, este tipo de obras comenzó a recuperarse y ha seguido creciendo de manera progresiva, hasta superar incluso las cifras de 2005.
Las rehabilitaciones integrales y las pequeñas reformas se han convertido así en el refugio del sector de la construcción, tras el pinchazo de la gran burbuja inmobiliaria, que llegó a aportar al Ayuntamiento cerca de nueve millones de euros en 2007.
A partir de ese año, la recaudación no ha parado de bajar hasta 2015, ejercicio en el que se prevé que el Impuesto de Construcciones supere 1,8 millones de euros, aunque ese incremento se debe principalmente a la licencia del Acuario Poema del Mar que se está construyendo en Sanapú. Según el avance del presupuesto municipal del próximo año, el Gobierno tripartito confía en un que se produzca un repunte de la construcción en 2016, pues prevé que la recaudación supere los dos millones de euros.
Un dato que indica de manera clara el hundimiento de la venta de vivienda nueva lo refleja la estadística de solicitudes de primera ocupación y cédulas de habilidad, así como las declaraciones responsables que la suplen. En 2014 el número de personas que pidieron estas licencias no llegó a los dos centenares.
