La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cámara oscura

El viajero inglés John Harris Stone realizó la única fotografía que se conserva de la necrópolis aborigen de La Isleta, un recinto que fue sepultado por el crecimiento de la ciudad

Cámara oscura

La fotografía tiene un trato singular con la muerte. En el instante en que una cámara se dispara sobre algo, el referente ingresa en una suerte de "eternidad", pues, literatura hay sobre ello, la imagen fotográfica es un reflejo absoluto del paso del tiempo. Por ello la fotografía es un fortísimo detonante de la memoria individual y su capacidad de generar asociaciones repentinas. Máxime si en el momento en que se contempla esta fotografía ya no quedan otros rastros del objeto captado. Ni siquiera otras fotografías. Sin duda en ello radica en buena medida el poder atractor de la que John Harris Stone tomó de la necrópolis prehispánica de La Isleta en 1883. En ello, y también, al menos para el urbanita atrapado por los imaginarios de Las Palmas, en el hecho de que el crecimiento de la ciudad ha convertido este conjunto funerario en parte de su subsuelo.

Harris, marido de la célebre viajera inglesa Olivia Stone, autora de ese libro capital para el estudio de Canarias que es Tenerife y sus seis satélites, tomó la imagen durante el viaje del matrimonio por el Archipiélago. Su fotografía no es el único documento sobre aquellos restos. Existen también textos escritos, entre ellos una carta del propio Harris al editor del periódico británico The Times -recogida como apéndice en la edición del libro de su esposa que publicó el Cabildo grancanario- en la que el fotógrafo, fascinado como su consorte con todo lo que concierne a los antiguos pobladores de las Islas, denuncia el expolio de aquellos vestigios. La misiva conmueve, pero la fotografía embelesa.

Los arqueólogos y los antropólogos, los que llegaron a presenciar el recinto funerario de aquella cultura desaparecida tanto como los que no pudieron hacerlo, han realizado numerosas contribuciones sobre el mismo. Los últimos han usado, además, con frecuencia la fotografía de Harris. Pero en lo que toca a su poder para convocar fantasmas, ésta ha sido menos atendida, pese a que en esta dimensión la fotografía revela algo importante sobre Las Palmas.

Y es que caminar hoy por La Puntilla, por calles como Mari Sánchez y Luján Pérez, bajo las que se encuentran estos enterramientos -los arqueólogos hablan de quinientas tumbas-, no es lo mismo después de ver la fotografía de Harris. A partir de entonces el paso se puede tornar más grave.

La imagen, desvaída por la dificultad de usar una cámara al aire libre en el momento de la toma, y por la afección del tiempo a la placa que contiene la emulsión fotográfica, muestra unas construcciones tumulares en el malpaís que, per se, sólo los ojos entrenados saben distinguir de las formas naturales de este tipo de paisaje volcánico. Pero, además de por lo que enseña, esta fotografía porta valores porque condiciona la mirada sobre la ciudad.

Necrópolis: etimológicamente ciudad de los muertos. Las formas de ocupación del territorio de los antiguos canarios no alcanzaron densidad suficiente como para que se las considere ciudades, menos aún, los mínimos asentamientos que existieron en esta parte de La Isleta -bastante más reducidos que la propia necrópolis-. Pero el nombre común que se usa para este, como para tantos otros, cementerios de culturas antiguas o exóticas, se entrevera de forma poética con la forma urbana actual del paisaje de la zona. Entonces, en efecto, bajo la ciudad de los vivos, hay una ciudad de los muertos, un nivel de ese artefacto tan complejo y confuso como visible que es esta urbe que solo nos es dado a ver por la fotografía de Harris.

Por lo demás, como se ha dicho al comienzo, la fotografía tiene una relación especial con la muerte: refleja lo que ya no es del todo cuando se toma la imagen. Constituye una forma, si se quiere secundaria, de eternidad. Pero cuando una fotografía es la única imagen mecánica que se conserva de un objeto, y además este objeto es, como en el caso del que retrató John Harris Stone, una necrópolis aborigen sepultada a su vez bajo una ciudad como Las Palmas, entonces hablar de la cámara oscura es referirse a un objeto que precipita a los significados en el abismo.

Compartir el artículo

stats