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Aquellos viejos conquistadores

El callejero de la ciudad conserva aún la denominación de los jefes militares y religiosos que participaron en la ocupación de Gran Canaria El obispo Frías, "amigo" de los indígenas, tiene un polideportivo en Escaleritas

La huella de Juan Rejón, Juan Bermúdez, Pedro de Algaba, Juan de Frías, Pedro de Vera y Alonso Jáimez de Sotomayor, los jefes militares y religiosos que lideraron la conquista de Gran Canaria y la fundación del Real de Las Palmas la víspera de San Juan de 1478, sigue presente en las calles de la ciudad, más de medio siglo después. Todos ellos andan repartidos entre la ciudad alta y la baja y el único que no figura, tras un apresurado recuento del callejero, es Alonso Fernández de Lugo, célebre por su crueldad y cuyo papel fue fundamental en la rendición de Tenesor Semidan, el guanarteme de Gáldar, en 1481. El de Lugo participó en la conspiración para procesar a Juan Rejón, el capitán de la Conquista que además de lidiar con las continuas revueltas de los indígenas -a los que fue diezmando mediante "asaltos, incendios de las cosechas y otras tretas", tuvo que enfrentarse a las traiciones de Fernández de Lugo, Pedro de Algaba y el deán Juan Bermúdez, según relata el historiador Manuel Lobo en su obra La conquista de Gran Canaria. Esas continuas conspiraciones tuvieron mucho que ver seguramente, además de la resistencia de los canarios y la falta de medios, en lo mucho que duró la conquista de la isla, que se prolongó desde 1478 hasta 1483. Cinco largos años.

El deán Juan Bermúdez tiene una calle cerca de Marzagán. Fue el representante de la Iglesia y uno de los mayores enemigos de Juan Rejón, junto a Pedro Fernández de Algaba, que da nombre a una vía de Vegueta, cercana a la Casa de Colón. Algaba fue el primer gobernador de Gran Canaria y lo nombraron en 1479 los Reyes Católicos para mediar entre los partidarios de Rejón y Bermúdez, pero al final se alió contra Rejón. En 1480 fue ajusticiado, tras ser acusado de haberse aliado con los portugueses para entregarles la isla. Juan de Frías, el obispo de Rubicón, tiene un polideportivo en Escaleritas. Es uno de los conquistadores que queda mejor parado en las crónicas de la Conquista, en las que se resaltan "sus virtudes y su defensa de los aborígenes". Según Lobo, Frías fue calificado como "protector y amigo de los indígenas", aunque el cronista Alonso de Palencia se refirió a él como "hombre imbécil y nada religioso". Frías denunció en 1477 la esclavización de los gomeros por parte de Fernán Peraza, responsable también de la muerte de Rejón cuando recaló en La Gomera, tras impedirle Pedro de Vera entrar en Gran Canaria, de vuelta de su ajusticiamiento. Pedro de Vera está en el barrio de Canalejas y fue nombrado en 1980 gobernador para sustituir a Algaba. Combatió a los indígenas durante tres años, incumpliendo la mayoría de las paces concertadas.

Alonso Jáimez de Sotomayor, cuñado de Juan Rejón, tiene una calle en Escaleritas. En este barrio de la ciudad alta también hay una vía del navegante normando Jean de Bethencourt, conocido como el primer conquistador de Canarias.

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