La Provincia - Diario de Las Palmas

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Cita para bachilleres de 1955

Cita para bachilleres de 1955

Cuando deshojamos el taco de calendario número 77, contra viento y marea, nos hemos reunido en La Bella Lucía, del Paseo de las Canteras para celebrar, en un ágape, que fui- mos condiscípulos. Y que alcan-zamos el grado de Bachiller, con la coda del "Preu", como promoción del 55.

Desde Madrid, volamos tres. Paco Molina Molina, doctor en psicología y, desde hace tiempo, miembro de la Asociación Católica de Propagandistas, tras haber pasado su sarampión de extrema izquierda, que vivió en la Alemania del Este, al otro lado del Telón de Acero. Pedro Vila Miranda pertenece a una familia ferrolana de destacados mandos de la Marina Española. Él optó por la Ingeniería naval y ahora acudía acompañado por su esposa. En mi caso, en el papel de cronista, iré reapareciendo al discurrir el relato, en las antípodas de las coplas de Calaínos.

Tomamos las aperitivos a pie firme, bajo la caricia de un sol muy otoñal. Luego, sentados en el interior del local, comimos, bebimos y charlamos. Algunos otros también con las respectivas mujeres.

Tuve a mi lado a Fernando Alemán Ascanio, amigo siempre, en Telde y en Las Palmas. Con la licenciatura en Derecho ha sido primer oficial de notarías. Estos años se conserva muy en forma como gimnasta metódico. Suelo recordarle los anuncios que la revista Mecánica popular, entonces disponible en la sala de juegos de nuestro colegio San Ignacio de Loyola, insertaba sobre el método Charles Atlas de culturismo físico. No lo ha olvidado.

Juan Antonio del Río y Bravo de Laguna pasó a estudiar en Deusto y, luego, en Salamanca, preparándose para altos destinos financieros y económicos, en general. Con mi padre conocí al suyo, don Juan del Río Amor, que tenía oficina en Telde. Años después fui redactor-jefe, en los madriles, del diario Economía Española y Exterior (3E), cuyo Consejo de la Administración lo presidía el Marqués de la Florida, suegro de mi excompañero de curso. Por una caricatura sobre el hombre fuerte del régimen portugués, Oliveira Salazar, firmada por el humorista Ángel Menéndez, Kalikatres, se querelló la embajada de Portugal, viendo en el dibujo supuestas injurias. Al acto de avenencia asistió el Marqués de La Florida y, personalmente, actué en el mismo en calidad de hombre bueno. La representación legal del diario mantuvo que no procedía pedir perdón porque no había habido ánimo de ofensa y el trámite acabó con avenencia. El "animus iocandi" siempre ha dejado márgenes para los dibujantes y caricaturistas.

Santiago Gutiérrez Guerra, como vecino del pupitre de al lado me conserva en su memoria más por enredar que por estudiar y se extraña de que sacara buenas notas en las asignaturas, aunque no tanto en "aplicación". Hasta llegar a la Universidad tocaba mucho de oído, aunque no lo tengo para la música. Claro que quien posteriormente ha jugado mucho en la vida es él, como crupier intercontinental y hasta titular de un casino en Inglaterra. Después de eso, el negocio inmobiliario, para alguien tan extrovertido como Chaguito, debe de resultar tranquilo y relajante.

Una referencia perseverante para aquel curso del colegio de los jesuitas la representa la tertulia semanal, cuyo fuego sagrado se mantiene en el Gabinete Literario. Otras reuniones más amplias parten de o cuentan con ese núcleo duro.

Armando Cabrera Martel, uno de los coordinadores de los contertulios, colaboró eficazmente en el libro, publicado el año pasado, sobre uno de sus abuelos: Diego Martel Alemán (1872-1912). Un barítono grancanario en la Guerra de Filipinas. Resulta interesante rescatar del olvido a figuras que merecen el conocimiento y el reconocimiento por parte de las generaciones posteriores.

En el liderazgo de ese grupo encontramos, a su vez, a José Antonio Baeza Betancort, licenciado en Filosofía y Letras y en Derecho. Titulado en Programación de Radio y TV, ha dirigido Radio Popu-lar de Las Palmas y Radio TV Libertad. En la etapa más reciente se ha polarizado hacia la Filosofía y la formación en el área de la in-teligencia emocional, un tema muy en boga. De su bibliografía forman parte el trabajo Crítica de la Razón Valorativa, así como Filosofía, Psicoterapia e Inteligencia Emocional, en calidad de coautor en cabeza.

Luis Navarro Márquez, nieto del fundador de LA PROVINCIA, es quien da supervivencia al apellido familiar, con un hijo homónimo de su bisabuelo: Gustavo Julio Navarro. La familia entró en Editorial Prensa Canaria del brazo de don Matías Vega Guerra. Mi compañero de clase participó de la titularidad del diario hasta que fue transmitida al editor don Javier Moll, creador de una amplia e importante cadena de prensa.

Con Guillermo Calzada Fiol ya me encontré, casualmente, en la capital de España, cuando lucía el uniforme de joven teniente.

Entre los tertulianos he charlado en ocasiones, asimismo, con Miguel Ángel Saavedra Acevedo, Ildefonso Báez Campos, Lorenzo Lang-Lenton Machado, Fulgencio González Navarro o Tomás García Castellano.

A la convocatoria en Las Can-teras ha concurrido, igualmente, Luis González de la Huerta, alguien que, en sus tiempos mo- zos, descolló como deportista y actor. Otros nombres del grupo: Silvestre Angulo Amador, Moisés Alí Márquez, Isidro Corbera Pa- rellada, Alejandro Rodríguez Baldellón, Miguel Ferrera Gonzál- vez, Francisco Juan Rodríguez Suárez y Emeterio Daniel Moreno Suárez.

Para las bodas de oro, con el esplendor propio de la efeméride, asistieron otros excolegiales como Francisco Javier Aguirre Colongues, Luis Arencibia Santana, Francisco Javier Calderín O'Donell, Juan Gil Martel o Prudencio Guzmán Naranjo. José Luis González Guerra, empresario del agua de Firgas, nos invitó a todos a una jornada de campo en la finca El Rapador, de la firma y en dicha localidad.

Desde entonces, en el recuento particular de la fe de vida, hemos sufrido bajas tan notables como las del profesor Alberto Antonio Armas Díaz, el notario José Antonio Buitrón Crespo, Ricardo Rúa-Figueroa Rodríguez o José Antonio Sánchez González. Sus logros perduran.

Como remate final, al levantar acta de la cita, me permitiré traer a colación sobre aquel colegio, cuya piscina se llenaba diariamente con las olas del mar, un par de notas deportivas, del recreo. Aquellos jesuitas vascos de nuestros primeros cursos jugaban y nos animaban a jugar al frontón, a mano, a pala y a cesta-punta. Por otra parte, en 1951, se enfrentó en un encuentro en la capital grancanaria con la Unión Deportiva Las Palmas el Athletic de Bilbao. Este equipo, mítico a la sazón, asistió a la misa dominical en la capilla del colegio. A la salida nos firmaron autógrafos Zarra y otros ídolos del once. Por la tarde, el partido, a pleno sol.

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