La Provincia - Diario de Las Palmas

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Galdós a través de los sentidos

La azotea de la Biblioteca Insular acogerá, a partir del viernes, una exposición de fotografías que muestra la evolución de la ciudad de 1843 a 1920, años en los que vivió en ella el artista

Plácido Checa, ayer, junto a uno de los libros de la exposición. SABRINA CEBALLOS

Desde la azotea de la Biblioteca Insular de Las Palmas de Gran Canaria se divisa gran parte de la capital. En este lugar las vistas son, sin duda, privilegiadas. La ubicación del enclave, a orillas del Guiniguada, es uno de los motivos. Pero es la exposición que está a punto de abrir al público en la terraza la que permite descubrir cómo ha cambiado la ciudad desde los tiempos de Benito Pérez Galdós. Es toda una muestra a través de los sentidos, que trasladará a quienes la visiten, a partir del próximo viernes, hasta 1843, año en el que nació el artista grancanario.

Fotografías, música, cine, literatura y gastronomía componen el proyecto cultural de Cam-PDS Editores y CanariaseBook, en el que también colabora la Consejería de Cultura y la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac) del Cabildo de Gran Canaria, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento capitalino y el Hotel Escuela Santa Brígida. "Todavía hay gente que piensa que Galdós no era de Las Palmas o que cuando llegó a Cádiz se limpió el polvo de los zapatos, como dice la leyenda. De ahí que hagamos esta exposición con la que queremos reivindicar que él nació y vivió durante 19 años en la capital grancanaria", explica Plácido Checa, comisario de la muestra que reúne material de sobra para cumplir con su objetivo.

La idea es "recuperar la ciudad del siglo XIX en un café literario". Para ello, se ha escogido la azotea de la Biblioteca Insular para exhibir alrededor de 150 fotografías, en su mayoría sacadas de la Fedac, que revelan la evolución del municipio a través de los lugares que tuvieron cierta relevancia en la trayectoria de Galdós. Las imágenes están repartidas en cinco paneles de tres metros de ancho por 1,5 de alto colocados en las paredes, así como en cinco grandes libros que se distribuyen de forma estratégica por un espacio desconocido para muchos. Cada uno de los ejemplares contiene instantáneas de una zona concreta de la localidad. Así, el primero tiene fotos de la Casa Museo Pérez Galdós, San Francisco y el Gabinete Literario. De este último inmueble cuenta Checa que el novelista y político no lo conoció como tal, sino como el Teatro Cairasco. Fue allí donde el artista recibió clases de dibujo y donde, además, se conserva el último retrato al óleo que el pintor Juan Carló hizo.

El segundo libro alberga imágenes del Ayuntamiento y de la plaza de Santa Ana. "Galdós pintó la Catedral con la cara de un león", explica el también catedrático de Lengua y Literatura. No solo eso. Fue en el templo más representativo de la capital donde el escritor "fijó su mirada para crear su personaje literario romántico en un cuento titulado Necrología de un Proto-tipo (un fantasma que activaba la palanca del órgano de la catedral)", tal y como recoge el libro La ciudad de Galdós. Las Palmas de Gran Canaria ayer y hoy, escrito también por Plácido Checa y su hijo Pablo.

En el tercer tomo, también hay datos que merece la pena conocer. En él hay imágenes de San Agustín y del Teatro Pérez Galdós, que inicialmente se llamó Tirso de Molina y cuya ubicación generó rechazo del también dramaturgo. "El motivo es que en aquella época frente al teatro, que se colocó en Bocabarranco por orden del Ayuntamiento, estaban las pescaderías, los secaderos de pescado a cuyos olores se sumaba el del agua que se estancaba cuando el barranco no corría". Esto se tradujo en varias caricaturas de Galdós en las que mostraba a los actores sacando peces de los bolsillos, gente pescando desde una de las ventanas del propio teatro o al mismo Bartolomé Cairasco de Figueroa asombrado por la construcción. "Lo llamaba el coliseo náutico", señala el comisario de la muestra. Paradójicamente, este espacio cultural terminaría adoptando su nombre en 1910, después del éxito que tuvo el estreno de su obra Electra en 1901. Finalmente, en el cuarto libro hay fotos del Puente de Piedra y el de Palo; mientras que el quinto está dedicado a Triana y el Muelle Viejo.

Pero no será solo a través de la vista por donde los futuros visitantes descubran la historia galdosiana. Durante su apertura, de lunes a viernes de 11.00 a 21.00 horas y los sábados de 11.00 a 14.00 horas, la azotea estará ambientada con música contemporánea al artista. "Sobre todo sonará Beethoven, que es a quien él interpretaba cuando se reunía con sus amigos", apostilla Checa. Asimismo, se proyectará un vídeo en el que se alternan grabaciones actuales con fotos antiguas. "A partir de enero, también se van a proyectar las películas Tristana, Tormento y El abuelo", explica. Esto último no será la única novedad que se introducirá a principios del próximo año en el espacio en el que también estarán las obras de Galdós. Además de la lectura, se podrán degustar algunos de los guisos que aparecen en sus libros. Se trata de los ordubres de Galdós, 12 platos que llevan el nombre de Episodios Nacionales y que han diseñado y elaborarán los alumnos del Hotel Escuela de Santa Brígida. Mendizábal (pescado en tomatada maltesa al estilo Lopresti), Vergara (pimientos rellenos de carne), Prim (fajita de pisto manchego), La batalla de los Arapiles (carne escocesa), Los duendes de la camarilla (jamón cocido a la parrilla con huevo hilado) o La de los tristes destinos (cazuela de bacalao a la vizcaína) son algunas de las variedades gastronómicas que se ofertarán las tardes y noches de los jueves y viernes del próximo 2016.

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