Cuando el velero Nymue IV llegó por fin a la costa de la playa de Las Alcaravaneras, Magnus no sabía dónde estaba. Apenas faltaban unos días para la salida de la regata ARC y había mucho movimiento en el muelle deportivo de la capital grancanaria. Le dolía todo el cuerpo del viaje, pero al principio no necesitó asistencia sanitaria. Paradójicamente tuvo que ir al médico cuando se cayó caminando por el muelle, ya en tierra.

Ann Ekstrand, la cónsul de Suecia en Canarias, recuerda que lo primero que le dijo Magnus al llegar al consulado fue "Por favor, llamen a mi familia, ellos piensan que estoy muerto". En estos casos "lo primero que le preguntamos es si se encuentra bien de salud, después si nos lo pide lo ponemos en contacto con su familia".

El periódico de mayor difusión de Suecia, el Expressen se había hecho eco de la desaparición de Magnus Reslow el pasado 15 de octubre y recogía declaraciones de su padre, Kjell Reslow, que destacaba que su hijo es un experimentado marinero. Magnus Reslow sigue vinculado a su familia a pesar de los cuarenta años en la mar.

El marino sueco nació en la casa que sus padres compraron a la célebre actriz Anita Ekberg en Malmö. Mientras la actriz sueca rodaba La dolce vita de Fellini junto a Marcello Mastroianni, Magnus aprendía a dar sus primeros pasos en la vivienda que un día habitó Ekberg. Quizá los diarios que Magnus Reslow ha escrito de su vida en el mar acaben transformándose algún día en el guión de una película como El viejo y el mar de Hemingway.