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Comercio Análisis de los negocios de la calle mayor

Las grandes marcas acaparan casi la mitad de los negocios de la calle Triana

De las 130 tiendas que actualmente hay abiertas en la céntrica vía, 61 pertenecen a franquicias

Las grandes marcas acaparan casi la mitad de los negocios de la calle Triana

Poco queda en Triana de la actividad comercial de antaño. Basta con dar un paseo para descubrir que casi la mitad de los establecimientos que hay en la calle mayor pertenecen a firmas conocidas. Y es que de los 130 negocios abiertos, 61 desarrollan su actividad bajo el nombre de una gran marca de ropa o complementos, mayoritariamente. Multinacionales y franquicias se han afincado en la vía más céntrica de Las Palmas de Gran Canaria donde apenas dos tiendas "de las de toda la vida" se mantienen todavía a flote. Una de ellas es Arencibia. La otra, la librería Rexachs que el próximo 28 de febrero echará el cerrojo por no poder hacer frente a un alquiler que ronda los 25.000 euros.

Hace una semana que José Rexachs hizo público el inminente cierre del establecimiento que durante más de seis décadas ha regentado su familia. A principios de 2016, según explicó, se le acaba el último contrato que firmó con los propietarios del local cuyo arrendamiento no podrá hacer frente a partir de entonces. El librero es uno de los afectados por la desaparición de la denominada renta antigua.

Esta normativa se remonta al 24 de diciembre de 1964, cuando se aprobó la Ley de Arrendamientos Urbanos con la que quedaron dispuestos los criterios de alquiler de viviendas y de distintos inmuebles dedicados al uso comercial. Tres décadas después, bajo el gobierno del socialista Felipe González, se amplió y modificó la norma que estableció una moratoria de 20 años por la que se mantenía el precio de los alquileres antiguos para todos los locales comerciales que hubiesen firmado un contrato de arrendamiento antes de mayo de 1985. Pero el 1 de enero de este mismo año fue cuando se cumplió el plazo de esta prórroga y muchos propietarios de pequeñas y medianas empresas tuvieron que renegociar y actualizar sus acuerdos contractuales.

En la actualidad, en Triana abundan las ópticas (hay nueve a lo largo de toda la vía) y existe una variada oferta de restauración entre los 11 establecimientos que se dedican a este sector, pero son pocos los negocios anteriores a la década de los 80 que sobreviven. No obstante, hay quienes aún recuerdan con claridad cómo era la actividad comercial de antaño. Es el caso de Juan Trujillo y Ventura Vega, ambos octogenarios. Jubilados desde hace tiempo, acuden cada día "a trabajar" al mismo banco de la vía "para evitar que quiebre", bromean sin levantarse del asiento público. Desde allí, con tan solo echar una oteada general, los hombres son capaces de evocar el pasado.

"Antes había tienditas en cada esquina", apuntó Trujillo, natural de Santa Lucía de Tirajana y vecino de la capital desde hace media centuria. Concretamente, donde actualmente está Granier, contó que había una ferretería. "Al final de Triana había otra que se llamaba El Martillo". Enrique Sánchez e Hijos, según rememoró su amigo, estaba justo detrás de donde ellos estaban sentados el pasado jueves y donde ahora se erige Benetton. "Donde está ahora el edificio de Bankia había un almacén que se llamaba Cardona y que echó a todos sus empleados y por aquí estaba la Droguería Espinosa, que se prendió fuego", comentó Ventura Vega, teldense afincado en la ciudad desde hace 60 años donde trabajó como conductor de guaguas.

Los dos opinaron en que "ahora es más fácil", porque en un solo comercio se puede "encontrar de todo", pero reconocieron que hace muchos años, al haber más tiendas, había mucha más competencia. "Y eso es bueno", apostilló Ventura. "Antes, por ejemplo, había un sastre en cada esquina y no como ahora que van todos iguales", añadió Juan Trujillo. "Las franquicias han matado a los comercios tradicionales", sentenció. Una vez más, su compañero y él volvieron a coincidir en que de aquellos establecimientos, además de la librería Rexachs, tan solo se mantiene abierto Arencibia.

"Mi padre abrió la tienda en 1932", explicó el actual propietario, Pedro Arencibia. Son dos los locales que ahora tienen en Triana y en los que se pueden adquirir tejidos, confecciones o cosas para el hogar; si bien llegaron a ser tres. Dentro de unos meses, serán los más antiguos de la zona y eso es algo que, en parte, asusta a su dueño, según confesó. "No vamos a cerrar", aclaró, "tan solo pensamos en seguir adelante".

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