El puerto de La Luz logró esta semana un récord. La bahía de la capital grancanaria dio cobijo el pasado martes a un total de 22 buques, que supone, según fuentes portuarias, el mejor registro que se recuerda en los últimos años. Para aumentar el espacio, la Autoridad Portuaria ya ha remitido al Ministerio de Fomento la petición de trasladar y ampliar la zona de espera para los buques, que se situará 1.300 metros mar adentro y se incrementará de las 364 hectáreas actuales a 710. De esta forma, se liberaran tres kilómetros de litoral entre San Telmo y el Castillo de San Cristóbal.
La imagen del frente marítimo repleto de barcos ha levantado la curiosidad de numerosos ciudadanos. A lo largo de la semana, la bahía no ha dejado de acoger buques, que esperan para entrar a puerto, avituallarse o realizar una parada de larga duración aguardando un contrato con alguna empresa. Es el caso de las embarcaciones del sector offshore denominadas supplies, que se utilizan como apoyo para las plataformas petrolíferas y que durante estos días han copado esta parcela de mar capitalino.
Una de las explicaciones que las fuentes consultadas dan al incremento de la presencia de este tipo de buques fondeados en la ciudad está relacionada con la bajada del precio del petróleo. Esto está provocando que las multinacionales prefieran paralizar la extracción de crudo antes que continuar con la actividad debido a que con el actual precio no tienen margen económico para seguir con los trabajos. La reducción de la actividad ha generado que muchos de los navíos de apoyo, que se encargan principalmente de suministrar material al resto de barcos del sector offshore, se encuentren en la actualidad hibernando en diferentes puertos, entre ellos el de La Luz.
El pasado viernes, casi una decena de supplies permanecían fondeados entre la catedral de Santa Ana y el muelle de San Cristóbal. Algunos de ellos lo hacían después de permanecer unas semanas en los astilleros del puerto de La Luz, como las dos embarcaciones de la compañía E. R. Schiffahrt, el E. R. Vittoria y el E. R. Louisa, que además se encargaron de estrenar la nave que Rolls-Royce inauguró a principios del pasado mes de noviembre en las instalaciones de Astican. Otro de los buques anclados es el Olympic Zeus, contratado por el Ministerio de Fomento para extraer el fuel del pesquero ruso Oleg Naydenov, que el pasado mes de abril se incendió en el muelle Reina Sofía y posteriormente se hundió a 24 kilómetros al sur de Gran Canaria, y para la búsqueda de los tres militares fallecidos por el accidente de un helicóptero del SAR (Search and Rescue) del Escuadrón 802 del Ejército del Aire, con base en Gando, ocurrido en octubre a 74 kilómetros del Sáhara.
Sin embargo, el paisaje con los buques desperdigados por la bahía desaparecerá en los próximos meses. La Autoridad Portuaria está a la espera de que al Ministerio de Fomento dé el visto bueno a la ampliación de la zona de fondeo y su traslado a un espacio más alejado de la ciudad. Los tramos a desafectar son los tres kilómetros de litoral entre San Telmo y San Cristóbal, así como una parcela al norte del muelle Nelson Mandela, conocido también como de La Esfinge. Por contra, el Puerto ganará espacio en la entrada sur al recinto portuario.
Estos cambios, que se encuentran recogido en la modificación de la Delimitación de los Espaccios y Usos Portuarios del Puerto de La Luz, permitirán multiplicar por dos el área de espera, que pasará de 364 hectáreas a las 710,83. Así se recupera el espacio que se ha perdido durante los últimos años con la construcción del dique Nelson Mandela, aproximadamente un tercio de la rada norte. Y la previsión es que con la ampliación de esta infraestructura se siguiera perdiendo superficie para el fondeo.
Asimismo, la desafección del tramo más próximo a la ciudad facilitará la celebración de pruebas náuticas y también el atraque de las embarcaciones que ocupan el muelle de San Cristóbal, lo que generará un beneficio para la actividad pesquera tradicional. Además, la liberación permitirá al Ayuntamiento utilizar esta parte de la ciudad para mejorar la parcela de esparcimiento de la Avenida Marítima, así como la red viaria de los tres kilómetros que separan la citada estación de guagua con el histórico barrio capitalino.
Otro de los beneficios que conllevará esta modificación afecta a los vecinos porque de esta forma se alejan de la capital a los barcos que durante el día y la noche realizan pequeñas reparaciones en la cubierta. Estos trabajos incluso provocaron el malestar por parte de los residentes del barrio marinero de San Cristóbal y de la Vega de San José, que en su día se quejaron de que los ruidos provenientes de los buques fondeados dificultaban conciliar el sueño durante la madrugada.
