El concejal de Cohesión Social y miembro de Podemos, Jacinto Ortega del Rosario, recibió dos amenazas telefónicas en los dos últimos meses desde un número oculto. Las amenazas se transformaron el pasado jueves por la noche en una brutal paliza por parte de dos encapuchados, que causaron al edil un trauma craneal y policontusiones por todo el cuerpo, según figura en el parte médico de lesiones. El Ayuntamiento y todos los grupos políticos de la corporación condenaron ayer la salvaje agresión al responsable público, que ha sido elegido democráticamente por los ciudadanos del municipio. El alcalde, Augusto Hidalgo, leyó ayer en las Casas Consistoriales un manifiesto de apoyo al edil, al que se sumaron miembros de la corporación, compañeros de Podemos y trabajadores de seguridad privada, área en la que Ortega fue líder sindical durante más de 18 años.

"No sigas por esa línea, estás pasando la línea a un lado peligroso", se limitaba a decirle a Ortega el individuo anónimo con acento canario en sus llamadas telefónicas y luego colgaba. En su denuncia a la Policía Nacional, el concejal atribuyó las agresiones a su condición de cargo público en el Ayuntamiento y a la campaña electoral , por parte de alguien que "no respeta" sus convicciones o decisiones.

El concejal advirtió en su denuncia que teme por la integridad de su familia y se mostró convencido de que el objetivo de la agresión no fue el robo, porque en ningún momento intentaron quitarle el móvil y el dinero que llevaba encima. La brutal paliza tuvo lugar poco antes de las once de la noche, cuando Ortega se disponía a entrar en su casa del barrio de Casablanca III, tras haber asistido al mitin del líder de Podemos, Pablo Iglesias, en la plaza del Pilar de Guanarteme. Dos individuos jóvenes de 1,80 y 1,85 metros de altura, respectivamente, con la cara cubierta por un pasamontañas y vestidos de negro y con sudadera le estaban esperando cerca de su domicilio. Uno era de complexión fuerte y el otro, de constitución atlética. Según la declaración de la víctima, los individuos lo asaltaron sin mediar palabra. El primer puñetazo fue a parar a su oído derecho. El impacto del segundo puñetazo, que golpeó en la cabeza, detrás de la oreja izquierda, le hizo caer al suelo de rodillas. "En ese momento", señala el atestado policial, "recibe un rodillazo en la nuca por parte del individuo de complexión fuerte, mientras el individuo atlético golpea de forma constante la cabeza y el costado" con "golpes y puñetazos".

El concejal, añade el atestado, intenta zafarse de la lluvia de golpes, hasta que, de repente, se oye el ruido de un coche que se pone en marcha, "momento en el que los agresores se van del lugar corriendo". Ortega estaba tan aturdido que no pudo ver si los agresores se subieron en el coche o huyeron caminando. "Todo fue tan rápido que no supo cómo huyeron del lugar", pero al levantarse del suelo no los observó por la zona, pese a que la calle en la que vive es bastante larga y "tendría que haberlos visto correr", dando a entender que lo más probable es que los atacantes se marcharon en el coche. Ortega, que trabajó 25 años en el sector de la seguridad privada, fue presidente del comité de empresa en la empresa Securitas y delegado sindical de Intersindical Canaria durante 18 años, declinó ayer hacer declaraciones sobre el incidente y se remitió a su denuncia. El edil, que obtuvo su acta bajo las siglas de Las Palmas de Gran Canaria Puede, aseguró a sus compañeros: "Actuaciones de este tipo no me van a amedrentar, si cabe, me dan más fuerzas y energía para seguir trabajando, como he venido haciendo desde que tomé posesión como concejal de este consistorio". A la condena de los grupos de la Corporación se sumaron las de Podemos Canarias e Izquierda Unida Canaria (IUC), que rechazaron de "manera rotunda" el asalto.

IUC consideró "particularmente grave y preocupante el hecho de que la agresión pueda ser debida a la trayectoria sindical de Ortega en la seguridad privada. De confirmarse lo que parece la hipótesis más plausible, estamos ante una agresión intimidatoria y mafiosa para combatir la libertad sindical". IUC exigió que se haga el máximo esfuerzo para detener a los agresores.