La alternativa con productos tradicionales a los centros comerciales se instala, como cada año por estas fechas, en San Telmo. Un total de 110 artesanos de 41 oficios diferentes y procedentes de distintos puntos de la Isla estarán, con motivo de la celebración de la vigésimo primera edición de la feria de artesanía, en el parque de Las Palmas de Gran Canaria hasta el próximo 5 de enero, víspera de Reyes, con el fin de que los clientes puedan aprovechar hasta el último momento sus compras navideñas.

A través de los distintos puestos que cubren gran parte del recinto, los artesanos tienen la oportunidad comercializar y dar a conocer sus productos, puesto que, a muchos, la feria les sirve de escaparate para sus variopintas creaciones: juguetes, manualidades hechas con cartón, maquetas, cestas de mimbre, joyas, macramé, calzado, marroquinería y cuchillos canarios son solo algunos ejemplos de una larga lista de posibilidades para los que deseen elegir un regalo artesano para estas Navidades.

Entre los distintos puesteros se encuentra la capitalina Pilar Suárez, que vende miniaturas realizadas en madera -en su mayoría- por ella misma. Entre sus obras destaca una tienda de aceite y vinagre hecha en el interior de una lata de aceite recortada. Suárez, que lleva diez años en el oficio y cada domingo comercializa su género en la plaza del Pilar Nuevo, asegura que "esta clase de miniaturas son únicas en la Fedac [Fundación de Etnografía y Desarrollo de la Artesanía Canaria]". En torno a un mes tarda en cofeccionar estas pequeñas tiendas, en las que emplea madera, pasta y pintura y en las que no escatima en detalles. Su producto estrella, sin lugar a dudas, y que no pasa desapercibido para casi ningún ojo.

No muy lejos de allí, aunque procedente de Tenteniguada, está Juan Martínez, que ofrece sus artículos elaborados con cuero de vaca en su taller de Valsequillo. Cada año, lleva a la feria un producto de creación única. Para esta ocasión, vende un espejo con un marco de cuero de vaca y dos estantes del mismo material, "ideal para colgar en la entrada de una casa, ya que en las repisas se pueden colocar, por ejemplo, las llaves", explica Martínez.

No cabe duda de que la época en la que se desarrolla la feria en San Telmo es uno de los motivos principales de su éxito. De hecho, según algunos de los participantes, es en la que mayor número de ventas suelen conseguir.

Así lo apunta, entre otras, la alfarera Mila Ríos de Almatriche: "Para nosotras, esta es la mejor feria de la Isla; es en la que más vendemos". Sus productos de alfarería tradicional y aborigen los elaboran siguiendo todos los pasos, desde recoger el barro en lugares como La Atalaya y Hoya de Pineda, hasta el guisado con leña, pasando por la mezcla del barro con arena de barranco y empleando la técnica del urdido y herramientas como cañas y cayaos. El resultado: distintas vasijas y otros elementos de decoración que vende a precios que oscilan entre los dos y los 120 euros.

De una opinión similar es el vidriero Alfredo Pineda, de San Bartolomé de Tirajana, que considera que la que se celebra en el parque capitalino en Navidad "es la mejor feria; y yo voy a todas".

También los hay a los que, sin embargo, no les cunde tanto esta exposición como otras. Es el caso de Miguel Ángel Bisquert, que crea pequeñas esculturas en madera en su taller del Barranco de Guayadeque y que comercializa por venta directa y en ferias. No obstante, en sus propias palabras, la de San Telmo "no es en la que más solemos vender". "Hace diez años sí", añade, "cuando San Telmo ofrecía algo único, pero ahora hasta los centros comerciales venden ya artesanía".

Otros aún no tienen la posibilidad de dar su visión al respecto porque es la primera vez que acudían a esta feria. Como Odil Torrent, de Telde, que vende peluches elaborados a partir de dibujos hechos por niños y otros de diseños propios.

Lo que ella podrá comprobar, entre otras cosas, es que, los primeros días, el público se suele dedicar únicamente a observar el género que tiene cada uno de los puesteros, y es al final cuando se producen muchas de las ventas.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, fue el encargado de inaugurar ayer el mercado junto a la consejera de Industria, Comercio y Artesanía, Minerva Alonso. Tal y como expuso Morales, la feria ofrece propuestas "que nada tienen que envidiar" a las de reconocidas marcas internacionales "con las que pueden competir perfectamente".

El órgano insular espera que este año se superen los 230.000 euros de ventas del pasado año y contribuir de esta manera al mantenimiento del sector y los oficios artesanos de Gran Canaria, máxime frente a los embates de otras culturas ante los que es necesario defender la propia identidad, subrayó el presidente.

Esta cita se ha convertido en la más esperada después de las de primavera y verano del Faro de Maspalomas, más orientadas al público turista, recordó, por su parte, Alonso, quien celebró el éxito que adquiere el producto artesano y encuentros que facilitan la comercialización que "tanta falta hace a este gremio".

Este año, además de música y la recuperación del concierto de la víspera de Reyes, la feria ofrece como actividad especial la representación del Auto de los Reyes Magos, que cuenta con la actuación de 50 personajes.

Igualmente, como actividades paralelas, contará también con las actuaciones de 17 cantautores y grupos canarios, con el concierto de Non Trubada como broche la víspera de Reyes a partir de las 22.30 horas.