Una gran persona e infatigable apoyo para todos... Descanse en paz". De este modo, segundos después de conocer la fatal noticia, le dije al mundo lo primero que me pasaba por la cabeza. Sin embargo, en ocasiones las palabras quieren seguir saliendo, se agolpan y se aprietan hasta que uno claudica; sobre todo porque se trata de una persona que lo merece. Y, ciertamente, no es sencillo definir a un ser al que tuve la suerte de conocer y que no dudó en aconsejarme, advertirme, incluso cuidarme ante aquello que consideró injusto. Porque si algo tenía claro Policarpo Delgado era que cada individuo tiene mucho que aportar, y uniendo esfuerzos, energías y ganas todo se puede alcanzar. Por ello, siempre estuvo dispuesto a colaborar, y jamás puso límites a la hora de hacer realidad cualquier sueño.

Amigo cariñoso, pasear con él significaba detenerse a cada segundo, porque eran muchas las personas que lo apreciaban. En este sentido, recuerdo la primera vez que asistí a la procesión con motivo de las fiestas de la Vega de San José. Con cada paso me iba contando el día a día de cada uno de los vecinos, y lo hacía con delicadeza, con comprensión, con esa paciencia, pero a la vez ganas, con las que abordaba cada vicisitud. Por suerte, también coincidíamos en Vegueta y no fueron pocas las ocasiones en las que nos sentamos a tomar un café. Allí, una vez más, me hablaba de las personas, era eso lo único que le importaba. Se interesaba por mí, y me comentaba cuestiones relacionadas con los vecinos. Sin embargo, de él nunca hablaba. Algo que pronto noté, aunque merecía que así siguiera siendo, porque, en el fondo, era él quien siempre llevaba el tempo de la conversación. Como un director de orquesta que conoce perfectamente cómo actuar en cada momento y cómo hacer que cada componente aporte lo mejor de sí mismo.

Posiblemente, la última vez que hablamos con calma fue días antes del Corpus. Como en otras ocasiones, nos sentamos en una terraza en la trasera de la Catedral. Y, quizás, se dio cuenta de que miraba a mi alrededor como si quisiera hacer balance de esos últimos cuatro años. "No es fácil querer ayudar a todo el mundo", me dijo. Por una vez, y aunque no se diera cuenta, hablábamos de él.

Una gran persona e infatigable apoyo para todos... Descansa en paz, Policarpo.