Coge el relevo de Ricardo Villares, quien ha estado tres décadas como presidente. ¿Cómo aborda este reto?
He estado colaborando siempre con Ricardo Villares y soy el actual vicepresidente. Llevo involucrado muchos años, entonces conozco el modo de gestión. Entre los socios existe ya un proyecto conjunto y se trata de darle continuidad, pero con una renovación. En la actualidad la Junta Directiva estaba un poco mermada por el tema del siniestro y ahora queremos dar una visión más actualizada. Evidentemente, en los 30 años que Ricardo Villares ha llevado a cabo su proyecto lo ha hecho bien y, por eso, estamos donde estamos dentro de la sociedad canaria. La verdad es que deja un reto difícil de superar.
Han pasado momentos difíciles los últimos años. ¿Qué le animó a dar el salto a la presidencia?
Fue ese grupo de socio con una visión de renovación los que me apoyaron para que siguiese con esa continuidad, también por mi experiencia dentro de la Casa de Galicia.
¿Qué proyecto tiene?
Lo primero de todo es solucionar el problema del seguro con Alliance. Nosotros contratamos peritos externos que han hecho todo el proyecto de lo que va a costar recuperar la primera planta de la sede, que está totalmente destrozada, además de que el resto también tiene partes que están mal. También hay que limpiar, pintar y poner la instalación eléctrica nueva. La valoración que hacen estos profesionales externos está en torno a los 524.000 euros. Sin embargo, la que hace Alliance es de 134.000 euros. Así que hay una disparidad de 390.000 euros. A ellos se les acaba de mandar un burofax diciéndoles que no estamos de acuerdo y con la justificación de todo. De manera que nuestro primer reto es conseguir llegar a un acuerdo con el seguro, porque la sede hay que volver a levantarla. Por otro lado, independientemente de que se solucione este tema, queremos hacer que la Casa de Galicia siga existiendo, porque no es solamente la campaña benéfica de Reyes, sino que después del 7 de enero seguimos teniendo un proyecto.
Estas navidades llegaron a plantearse suspender la campaña benéfica...
Sí, temimos por ella. Pero es que solucionar lo del seguro es una prioridad porque tenemos muchos problemas, ya que la cuota que pagan los socios es simbólica y para nosotros el alquiler del restaurante es fundamental porque es de lo que vive la sociedad durante todo el año. Hay que tener en cuenta que después del incendio, no nos pagaron el alquiler más allá de los dos o tres primeros meses posteriores. Actualmente está cerrado, porque el señor de abajo fue el que provocó el incendio y sí cobró su seguro. Ahora se ha llegado a un acuerdo con ellos de forma que recuperamos la llave esta semana, con lo cual vamos a empezar las obras desde abajo para poderlo alquilar y con ese dinero, que son 3.000 euros de alquiler, sí se pueden hacer más actividades. Porque con los diez euros que se van a pagar a partir de ahora como cuota no se puede hacer frente a las facturas, al IBI... De hecho, ese fue el motivo por el que este año casi no realizamos la campaña benéfica.
¿Se sintieron arropados?
Apoyo hemos tenido siempre de todas las instituciones y, de hecho, se ha visto en esta última campaña que para nosotros fue de emergencia y gracias a esas subvenciones que nos dio el Ayuntamiento pudimos solventar el problema.
Como nuevo presidente, ¿qué le gustaría lograr?
Volver a tener la sede, ver a los socios contentos y recuperar el clima de sociedad de antes y rejuvenecerla. Queremos atraer a nuevos socios y, por ahora, hemos dado un repunte con las redes sociales.
