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Ciudad yeyé

'Días maravillosos', la película protagonizada por Cliff Richard y The Shadows, en 1964, y rodada en parte en Las Palmas, es, pese a su trivialidad, un documento interesante sobre el pulso de la urbe

Ciudad yeyé

La literatura, la pintura y la fotografía han representado el pulso urbano de Las Palmas con desigual insistencia y en ocasiones con resultados notables. Ningún arte, sin embargo, resulta tan apropiado como el cine para captar imágenes fluidas de la existencia fragmentaria de ésta y cualquier otra ciudad. Aún cuando el resultado sea una película tan almibarada y bobalicona como Días maravillosos.

Protagonizada por el cantante Cliff Richard y el grupo The Shadows y estrenada en 1964, Días maravillosos (originalmente Wonderful Life) es una comedia musical británica dirigida por Sidney J. Furie que discurre entre Las Palmas y Maspalomas. La ficción no encubre ambos escenarios, aunque los difumina, pues la trama solo indica que la acción está localizada en Canarias. Producto comercial, que aprovecha el tirón de Richard, estrella del firmamento pop de entonces, Días maravillosos es también una operación de promoción turística, un ejemplo notorio de integración de la industria cultural y la industria del viaje que, para lo que cumple aquí, es así mismo un valioso documento sobre el espacio urbano de Las Palmas en un momento dado de su historia.

Los productores de Días maravillosos no desaprovecharon la ocasión de la estancia en el Puerto de La Luz del Queen Mary para filmar sus escenas inaugurales: un grupo de chicos ye-yé, camareros y músicos del crucero de lujo, se junta en un camarote para dar rienda su suelta a sus arrebatadoras guitarras eléctricas. Al enchufar su instrumento, uno de ellos provoca un cortocircuito que desploma el sistema de alimentación del buque. A partir de aquí, los simpáticos jóvenes son abandonados en una lancha en aguas infectadas de tiburones hasta que avistan Gran Canaria. Ya en tierra serán contratados como actores en el rodaje de una película que exprime el potencial del paisaje natural y urbano de la isla.

Huellas del espacio urbano

El espectador que atiende principalmente a las huellas del espacio urbano de Las Palmas, encuentra en esta película un compendio de postales filmadas que incluyen cambios de escala con vistas desde el océano del Puerto de La Luz y el volcán La Esfinge -hoy desaparecido por su conversión en cantera-, los rostros indescifrables de los marineros japoneses asomados en la borda de sus barcos, el pavimento antiguo del Parque Santa Catalina y una perspectiva área del recinto antes de su última reforma. A través de elipsis las cámaras de Días maravillosos convierten también el Paseo de Chil en prolongación de la calle Pío XII y, potencial de la arquitectura para movilizar sentimientos en el cine, se detienen en los Apartamentos Las Palmeras, en la imagen optimista y cosmopolita de este edificio moderno de Manuel de la Peña, que rompía con la grisura nacionalcatólica que dictaba el estilo de la ciudad.

El tour por Las Palmas está conducido por una rubia con falda y boina escocesas que ha alquilado un paseo en camello en el Parque Santa Catalina. Nada más llegar al Puerto en la balsa en la que fueron abandonados, Cliff Richard y los Shadows la han visto, han olvidado súbitamente sus fatigas, y, poseídos por un subidón hormonal, se han lanzado en su persecución a bordo de unas tartanas en las que no paran de cantar y bailar.

Particularmente interesante resulta el recorrido por el Paseo de la Cornisa y no porque los chicos ye-yé descubran aquí que han perdido su objeto de deseo - el personaje con falda y boina que pasea sobre el lomo del camello resulta ser en realidad un caballero escocés con barba y pipa-, sino por lo que la cámara capta en esta parte de la ciudad. Obviamente, Altavista fue incluida en el rodaje porque ofrece el placer del dominio panorámico, pero la máquina de visión capta también, si quiera fugazmente, la ladera desértica del barranquillo, que sólo en tiempos recientes ha comenzado a ser objeto de aprecio estético. En la misma toma, además, mientras Cliff Richard y Los Shadows bailan y cantan en sus tartanas A Girl in Every Port, tema que sería un gran éxito en Gran Bretaña, aparece el núcleo fundacional de Ciudad Alta: las viviendas del patronato Francisco Franco. Esta fase inicial de Escaleritas aparecía también, más fugazmente aún, en la película S.O.S. Pacífico, pero allí, como toda la ciudad, figuraba ser un enclave de la Polinesia francesa, en tanto que aquí, en Días maravillosos, la trama fílmica coincide con la trama urbana.

Por lo demás, ocurre con Días maravillosos lo que pasa también con los más triviales musicales hollywoodienses que discurren en espacios urbanos: que presentan como una danza la fluidez del espacio público o, como dice el antropólogo Manuel Delgado en relación a este tipo de filmes, que demuestra "entender las formas de ballet que adoptan las interpelaciones a que el viandante somete a cualquiera de los exteriores de la ciudad".

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