La puesta en marcha de la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Tamaraceite acabará, dentro de dos meses, con los vertidos al mar de agua sin depurar o tratadas de manera deficiente. Así lo garantizó ayer el alcalde de la capital grancanaria, Augusto Hidalgo, que aseguró que en la actualidad son lanzados al océano cada día 6.000 metros cúbicos de aguas residuales, que sólo han recibido un pretratamiento (separación de los sólidos), circunstancia que atribuyó a la saturación de la depuradora de Barranco Seco. La purificadora de Tamaraceite, que finalmente se pone en marcha después de haber permanecido más de dos años parada pese a estar terminada, tratará unos 9.000 metros cúbicos de aguas negras al día, procedentes de la parte alta del distrito, lo que aliviará, según Hidalgo, a la planta de Barranco Seco. La nueva planta, que tardará unos dos meses en funcionar a plena capacidad, permitirá ahorrar 500.000 euros anuales en el riego de los jardines.
"Con esta planta, la ciudad tendrá cero vertidos, a no ser que se produzca una lluvia torrencial", aseguró Hidalgo, que añadió que el funcionamiento de la depuradora de Tamaraceite "permitirá liberar a Barranco Seco de 9.000 metros cúbicos diarios. La depuradora está forzada y funcionando por encima de su capacidad normal. En la actualidad, a Barranco Seco llegan unos 41.000 metros cúbicos, pese a que sólo tiene capacidad para tratar unos 37.000 metros cúbicos. Después de que se pusiera en marcha el colector interceptor", que recoge las aguas de Ciudad Alta, "la depuradora se vio incapaz de gestionar todo ese caudal porque estaba desbordada. Ahora la vamos a liberar de una cantidad importante". Al respecto, recordó que el proceso judicial que investigó a Emalsa y al Ayuntamiento por los vertidos al mar, ha sido archivado hace unos meses.
La construcción de la depuradora de Tamaraceite fue adjudicada en 2011, junto a la ampliación de la planta de Tenoya, que ya entró en funcionamiento y trata en la actualidad 1.500 metros cúbicos más. Las obras han costado 16,6 millones de euros, financiadas por el Estado a cargo del convenio de Obras Hidráulicas firmado con el Gobierno canario, que es el que ha dirigido la obra. Además de las depuradoras, se construyeron dos depósitos, uno cerca del cementerio de San Lázaro y otro en Guanarteme y una estación de bombeo cerca del Hospital Negrín, para impulsar el agua hasta la red de La Palmas-norte.
Según informó el concejal de Aguas, Roberto Santana, el terciario de Barranco Seco sólo reutiliza un total de 11.500 metros cúbicos al día, de los cuales, 9.000 son distribuidos por el Consejo Insular de Aguas para el riego de cultivos y otros 2.500 metros cúbicos se dirigen a los parques y jardines de la capital.
La capital gasta 5.000 metros cúbicos diarios de agua de abasto para el riego de los jardines. La mitad de este volumen es reutilizada y por la otra mitad, que es de abasto, le paga a Emalsa 3,5 millones de euros al año. Con los nuevos caudales que aportará Tamaraceite, dijo Santana, "vamos a poder utilizar 500 metros cúbicos más de agua depurada al día para el riego de los jardines, lo que nos supondrá el ahorro de 500.000 euros al año".
El objetivo del Gobierno municipal es regar todos los jardines de la ciudad y limpiar las calles con el agua depurada, lo que permitiría ahorrar unos dos millones anuales. Pero, según el responsable de Aguas, esto no es posible por ahora, ya que no todos los jardines están conectados con la red que riega los parques de la ciudad.
De momento, sólo se reutilizará el agua en los jardines del parque Juan Pablo II, Siete Palmas, La Ballena y toda la parte baja de la ciudad. El edil espera que todas las zonas verdes estén conectadas a la red antes de que acabe el mandato.
El consejero de Agricultura y Aguas del Gobierno canario, Narvay Quintero, resaltó el "trabajo realizado" por ambas instituciones durante los últimos seis meses para arrancar la planta de Tamaraceite. "Es un paso importantísimo en la gestión del ciclo integral del agua y para el medio ambiente", dijo Quintero. Al acto acudió también el subdelegado del Gobierno, Luis Molina y la directora general de Emalsa, Mercedes Fernández.
