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Un ex guardia civil apela a la legítima defensa para evitar 13 años de cárcel

Niega que quisiera matar a su vecino en Salto del Negro

Un ex guardia civil apela a la legítima defensa para evitar 13 años de cárcel

Elvis García Almeida, de 24 años, subía por una ladera de Salto del Negro y murió asfixiado contra la tierra del barranco. Llevaba dos sacos de chatarra y se paró a jugar con el perro de Pedro Santana Gutiérrez, un guardia civil jubilado que ayer se sentó en el banquillo de la Audiencia de Las Palmas. El fiscal le acusa de homicidio y reclama 13 años de cárcel, pero Santana apela a la legítima defensa para negar que matase a su vecino de manera intencionada. "Pedro, vas a morir como un cordero", asegura que pensó ese 1 de abril de 2011, al "sentir" una pedrada en la parte izquierda de la cabeza e iniciar una lucha para "defender" su vida, declaró al jurado popular en la primera sesión de la vista oral.

La pedrada, según el procesado, fue a "traición", sin previo aviso, y vino acompañada de un "hijo de puta, chivato, aquí te entierro". Santana, de 69 años, sostiene que experimentó miedo y adoptó una actitud defensiva para salvarse. Afirma que logró quitarle a Elvis García dos piedras y una navaja, momento en el que pudo reducirlo contra el suelo. Con la mano que tenía libre, sacó su móvil e hizo varias llamadas, entre ellas a su mujer, todo al tiempo que mantenía reducido al muchacho contra el suelo. Llegó su hijo, pero Elvis había fallecido. De nada sirvieron las maniobras de reanimación. El fiscal, en ese punto del relato, mostró su extrañeza por no haber llamado primero al 112 o a la policía, y sí a un amigo de la Policía Judicial de la Guardia Civil y a un vecino.

El acusado, por tanto, niega intención homicida en esa lucha agónica de media hora que describió ante el tribunal. Añadió que conocía al joven desde pequeño, que sus hijos iban juntos al colegio del barrio y que, en alguna ocasión, llegó a comer en su casa. Luego insinuó que esa relación se truncó por las malas compañías, el "libre albedrío" y el consumo de porros, aunque Santana se esforzó en rechazar un enfrentamiento con su vecino, simplemente "no se hablaban" porque vivían en "mundos diferentes", explicó al jurado. Por eso le sorprendió el ataque, que se produjo justo cuando se agachaba para ponerle la correa al perro. Se cruzó con Elvis García sobre las 20.00 horas, cuando iba a casa de una vecina para arreglar un cable de electricidad quemado.

Esa, al menos, es la versión de los hechos que ayer dio el agente jubilado al jurado. No hay otra porque Elvis está muerto y no hay testigos directos de lo que pasó esa tarde en el barranco. Por eso, el fiscal José Antonio Díez, sabedor de la dificultad, advirtió al jurado de las "falsedades" del acusado para "ocultar el delito", y se mostró convencido de que hay "pruebas suficientes" para condenarlo por homicidio. El fiscal, en ese sentido, apreció varias contradicciones en el interrogatorio y dio a entender que Santana tenía mala relación con el vecindario por el menudeo de droga cerca de su casa. Esa situación es la que pudo desencadenar la discusión esa tarde noche al encontrarse ambos en el barranco. Los médicos forenses arrojarán luz mañana sobre la manera en la que se produjo la muerte del chico, sobre la que hoy declaran los testigos.

La acusación particular, que representa a la madre y cuatro hermanos del muerto, fue más allá y reprochó al imputado la manipulación del escenario con la ayuda de su hijo para autolesionarse, en alusión a la brecha que este tenía en la cabeza. Él, claro, lo negó.

La letrada considera que el acusado se aprovechó de su superioridad física para matar al joven, pues pesa 20 kilos más y le supera en 10 centímetros. Además, a juicio de la abogada, Santana se valió de las habilidades aprendidas en la Guardia Civil para reducirlo e inmovilizarlo contra el suelo, hasta asfixiarle al taparle la nariz y la boca con la tierra. Por esos hechos reclama 15 años de prisión, indemnizaciones de 300.000 euros para cada familiar y la prohibición de que el procesado resida en Gran Canaria durante 23 años.

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